Muy recientemente, toda mi energía física ha sido consumida vilmente por el gimnasio. Debo admitir que me siento un poco más "ágil" y algo menos "fofa"...equivalente a "me duelen músculos que no sabía que existían". Supongo que eso es lo que hace valer la pena al gimnasio, porque de otra forma no logro entender cómo la gente paga para que la torturen. Culpen a eso mi falta de publicaciones recientes.
En otras noticias, sigo en la búsqueda de un dodecaedro rubik, no me resigno a que no pueda tener uno para mí (de preferencia, con un mecanismo más suavito...). Lastimosamente, aún no he tenido suerte y empiezo a dudar que la vaya a tener alguna vez (lo que me hace maldecir mi bondad). Soy de las que cree en el poder de la oración, aunque sea para cosas tontas como encontrar un juguete inofensivo, y por supuesto también sé que Dios obra de maneras misteriosas y todo eso...pero esto fue el colmo.
Hace algunos domingos, cuando salíamos hacia el-lugar-que-no-debe-ser-nombrado, hice una pequeña plegaria: "Dios, quiero un dodecaedro. Gracias". Dios escuchó, eso sí.
A lo mejor, debería ser más específica en mis oraciones.
2 comentarios:
deberías pedir, con una foto adjunta del objeto deseado :D
jajajajajajajajajaja
Te juro...hay que echarle una mano a burocracia celestial XD
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