viernes, 26 de septiembre de 2014

Campañas

Época de elecciones, otra vez...Es el tiempo, querido compatriotas, en que los "partidos" se mentan mutuamente a sus madres y a todos sus antepasados, levantándose todos sus pecados pasados, presentes y futuros, y demostrándose en general cuánto se quieren. Si uno disfruta sus salud mental, es mejor no ver muchos canales nacionales ni escuchar la radio...y evadir los periódicos en todo lo posible, mientras se desarrollan las campañas.
Lo cierto es que hacer campañas políticas efectivas y, por decirlo así, elegantes, es un arte prácticamente desconocido en Bolivia. Tengo casi 30 años (horror de horrores) y no recuerdo ni una sola elección, presidencial o de alcaldes, en que los participantes hicieran verdaderas propuestas de gobierno. Como dije, las campañas están casi completamente basadas en echar la culpa de todos los males del mundo al otro, o negar las acusaciones de los demás. 
El detalle de todo este asunto es que la campaña electoral en curso está siguiendo los mismos patrones de siempre, sin la más mínima modificación. La oposición es realmente estúpida y no me asombra que hayan perdido tan feamente las dos últimas elecciones generales. Se la buscaron, por así decirlo. 
Entre las joyas propagandísticas de esta temporada tenemos un muy estiloso rap:

Podría decir que, hipotéticamente, estaría de acuerdo con varias cosas que indica el rap, pero (siempre tengo un pero) me detuve en la parte de los docentes. Mi esposito, que por cierto es docente, me había comentado de este rap, así que la siguiente vez que lo pusieron en la radio me paré a escucharlo con atención. Si hay algo que odio y desprecio mucho es esa idea tremendamente alienada que dice que todo lo que viene de afuera es bueno, y todo lo nacional es, ergo, malo. Me toca verlo casi todos los días en el trabajo, en las caras de los snobs y jailones que fruncen la nariz cuando ven algo hecho en Bolivia y piden sólo marcas extranjeras como si hubieran sido tocadas por Cristo o algo así.
Siendo mi esposo un docente universitario, una de las personas más inteligentes que conozco y muy bien preparado para dar su clase (y cualquier clase, si me preguntan), y que conste en actas que no lo digo sólo por estar casada con él. Lógicamente, en mi paso por la universidad, me encontré con muchos docentes buenos y otros que eran, francamente, un desperdicio de sueldo, y seguramente todos han atravesado esa misma experiencia en cualquier nivel de su educación.
Siguiendo ese razonamiento, es obvio suponer que así como aquí hay buenos y malos docentes, en el exterior (ese tan idealizado exterior) también deben haberlos. No todo lo que viene de afuera es bueno, y que traten de meternos esa idea (y que mucha gente esté de acuerdo con ella) es una prueba de cuán poca autoestima tenemos como país...por no decir que habla pésimamente de la falta de ideas en política.

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