miércoles, 17 de septiembre de 2014

¿Conformismo?

Hace unas semanas, escribí sobre la moda de leer libros en términos muy condenatorios. No es mi costumbre retractarme, odio cuando eso sucede...y no lo verán ahora. 
La parte buena de estar en una red social, como Facebook, es que una puede ver varias opiniones sobre temas que le interesan en grupos relacionados. Por ejemplo, aunque la chiquita "reader" fue el desencadenante de esa entrada, era algo que venía rumiando por un tiempo, más que nada por muchas de las publicaciones y "debates" publicados en un grupo para compartir libros. La pelea viene por temporadas, se pone peor algunos días a la semana, y después vuelve a salir por cosas más bobas que antes, pero casi siempre se llega al mismo tema y los defensores de ambos lados usan los mismos argumentos remanidos. En lo personal, uno de los que me provoca más risa, por lo básico de su lógica, es: "Cada quien lee lo que le gusta, leer es leer y es lo importante". 
Como muchas cosas en este mundo, podríamos considerar esa afirmación como cierta, nadie logra leer algo que no le gusta (por ejemplo, en mi caso particular, no logro hallar disfrute en un libro de filosofía). La segunda parte de la afirmación es lo que me preocupa: leer es leer.
Hace muchos, muchísimos años, una tía y mi abuela vivían cacareando sobre una prima mía, unos años menor que yo, y que en esa época debía tener alrededor de 5 o 6 años, que ya había leído como 200 libros o algo así. Creo que lo más molesto del asunto es que mi primo y yo, que vivíamos para vernos en el verano y discutir nuestras lecturas anuales, jamás recibíamos ese tipo de crédito, sólo críticas no muy simpáticas. No hay que ser un genio para darse cuenta de que mi humor se fue al cuerno por buena parte de ese verano, hasta que mi primo me dio un buen consuelo: "¿200 libros de cuántas páginas? Leer libros de 2 páginas no cuenta". 
No era el pensamiento más caritativo de nuestra parte, pero la lógica es válida. Vivimos en una época en que los menores esfuerzos son elogiados como grandes logros, en que  el mínimo emprendimiento es completamente aceptable, y todo en aras de un conformismo generalizado disfrazado de "aceptación" y "respeto" a las diferencias. Sí es cierto que hay que respetar a las diferencias y aceptarlas, pero no cuando eso tiende a la mediocridad colectiva.
"Leer es leer, sin importar lo que se lea" es una faceta de ese conformismo, porque esta nueva generación de "readers", en su mayoría, se conforman con sus libros de moda, exigiendo respeto para sus gustos, pero sin admitir su propio estancamiento. Ay de ti si criticas, con mejores o peores palabras y argumentos, sus preferencias, porque te saltarán al cuello llamándote de todo, "snob" entre lo más delicado.
Tal vez no sea yo la persona más adecuada para catequizar sobre el tema, pero creo que siempre se debe aspirar a algo más, a ser un poco más. Restregarle tu "superioridad" en la cara a los demás es desagradable, pero ver a los que defienden su conformismo es simplemente patético.  
Es como leí una vez en un ensayo (justamente sobre los libros que "hay que leer"), y con esto termino:
Nuestra percepción de la solidez del entorno y nuestra propia identidad se fracturan si no contamos con supuestos básicos comunes sobre el mundo. Aquel que no reconoce a sus padres, pierde su memoria y, consecuentemente, su identidad. No puede comunicar a otros quién es. Esto vale asimismo para la memoria cultural. El que renuncia a ella, pierde su identidad y se excluye voluntariamente de la herencia común.

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