jueves, 2 de octubre de 2014

Libro chicle

Hace muchos, muchísimos años (creo que estaba en segundo semestre de la U), me pasé una noche entera leyendo sin parar "El Código da Vinci". Lo gracioso del caso es que había comprado el libro para regalárselo a una amiga por el día de la amistad o algo por el estilo. Como no veía un momento cercano en que pudiera comprarme el libro, aproveché que ya lo tenía entre manos.
Lo interesante de ese libro en específico, tal como lo recuerdo, era su habilidad de "levantarse" a muchas personas famosas de la historia y hacerlas encajar en su complicada e intrincada trama sobre sociedades secretas. Cuando acabé de leerlo me sentí como si hubiera estado masticando un chicle toda la noche: divertido, buen sabor al principio, mucha tenacidad de mi parte por el medio pero poca gana de escupirlo para ver si tenía más sabor, y finalmente, lo escupo y sigo con mi vida. O sea, lo disfrutas, lo masticas, pero no te lo tragas.
Consideren, claro, que esos eran los días en que se pusieron de moda (otra vez) las conspiraciones y las sociedades secretas. Mi ansiedad por leer "El Códico da Vinci" era una respuesta lógica a todos los comentarios a mi alrededor, sobre el libro y la película. Algún tiempo después, salió la película basada en el libro anterior al "Código", "Ángeles y demonios". Después de mis experiencia con su antecesora, no estaba muy entusiasmada por leerlo, y ni siquiera me enteré que había película hasta que vi que la anunciaban en HBO y la vi de pura casualidad y desde la mitad (hasta el día de hoy, no he visto el principio).
Hace poco, dando vueltas por un blog (que parece que borraron, porque ahora no lo encuentro), me encontré el tal libro. Y ya que ando con tablet por la vida, me lo descargué, así que prepárense para la intrincada y complicada trama.
Robert Langdon, estudioso, historiador, docente de simbología religiosa en Harvard (¿siquiera esa materia existe?, recibe una llamada muy rara un día a las 5 de la mañana y una hora después (merced a un avión mega rápido) está en Suiza, en el CERN (si han visto alguna vez The Big Bang theory, seguro sabrán que es) ayudando a investigar un asesinato (chan chan chaaaaan).
De ahí, lógicamente (de acuerdo a cualquier historia que implique conspiraciones, sangre y muerte por todos lados), los eventos se suceden en una carrera alocada contra el tiempo para detener la locura de turno y a los psicópatas implicados. Una vez más (o más bien, por primera vez) toma a una sociedad secreta, Los Illuminati, y se toma libertades con los muertos famosos, como Galileo y Bernini.
No voy a negar que es atrapante e interesante, pero está tan lleno de inexactitudes de todo tipo (yo noté las que tienen que ver con el proceso de elección de un Papa, dejo las de ciencia a quien corresponda), que tenemos otra vez (o por primera vez) un libro-chicle: máscalo, pero no lo tragues.
Eso sí, debo admitir que de todas formas, me sentí algo decepcionada de la historia. Creo que el guión adaptado de la peli les quedó mejor, o tal vez sea que estoy acostumbrada a esa versión de la historia, con esos detalles.

No hay comentarios: