jueves, 1 de enero de 2015

Año nuevo extraño

Este está resultando el Año Nuevo más extraño que pueda recordar en mis larguísimos y llenos de experiencia 29 años de vida. Generalmente, suelo pasar las festividades en casa de mi esposito, cenando y el almuerzo en casa de mis papás, comiendo delicioso chanchito al horno... 
La primera variación de este año fue la ausencia de los tíos de mi esposito. Mi suegra hizo chocolate para la media noche y nosotros nos quedamos en casa porque mi pobre cachorro se asusta muchísimo con los fuegos artificiales. Y como vivimos rodeados de gente desconsiderada que no capta que los cohetes son ilegales, pues el pobre perrito (y todos los perros del barrio) tuvieron una mala noche de sustos y nervios descontrolados.
Poco antes de eso, la pantalla de mi celular comenzó a fallar. Al parecer su flextro está dañado. La pantalla tarda mucho en volver en algunos momentos, sólo se queda bien con el teclado extendido y si lo cierro, falla inmediatamente o se queda negra y no reacciona. Así que mi segudno aguinaldo se irá en...un nuevo celular. Me lleva la cachetada, no logro ahorrar.
Almuerzo normal, volvemos con mi hermanita y mi sobrino y, ¡tarán! la siguiente anormalidad del día. Algún vecino estúpido volvió a lanzar cohetes en plena tarde (¿cuál es el punto de eso, en serio?). Mi pobre cachorro, solo en la terraza, se asustó de muerte y se puso a rascar el metal que sujeta la goma de abajo de la puerta. No es algo que no haga de cuando en cuando, pero esta vez debió estar muy asustado y rascó el metal hasta hacerse una herida. Resultado: llegamos y el pobre había dejado rastritos de sangre en la terraza y se había lamido las patitas hasta tenerlas completamente mojadas. Y no había el servicio de emergencia de la veterinaria, en fin...
Poco después, mientras mi hermanita y mi sobrino se ponían los ojos cuadrados en el Wii, me llama la mamá de una amiga con que no llegó a su casa...más drama.
Y finalmente, como si todo eso no bastara, mi sobrino toma una taza de té y se pone a vomitar. ¿Alguna vez les conté que el sólo hecho de escuchar arcadas, me hace sentir naúseas? Tuve que huir del baño, ignorar e ruido y pasarle un vaso de agua y un cepillo de dientes al pobre niño...que cinco minutos después estaba muy tranquilo de regreso al Wii.
Lo realmente extraño es que todas esas cosas debieron ponerme de un humor de perro, pero me siento muy tranquila y animada...y agradablemente llena de comida deliciosa. Seguramente ya lo notaron, pero les recuerdo que es el año en que Doc y Marty McFly llegan a salvar a su familia, etc...pero ¡hey! Estoy esperando esas tablas voladoras.

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