domingo, 30 de octubre de 2011

Comprando

Debo admitir que, por muy duro que me parezca ganármelo en mi actual trabajo y a pesar que en cierta forma me sigue pareciendo algo malhabido, eso de tener fondos propios para gastar en lo que a una se le antoje, tiene grandes ventajas. Fuimos a la Feria del Libro (hasta donde sé, aún le queda cosa de una semana más) y, después de casi dos años, pude darme el gusto de ir con mi propio dinero en el bolsillo y con toda la intención de despilfarrar como loca.


Lo malo fue que, como estos dos últimos años, resulta que no había gran cosa que en verdad me interesara comprar. Hay dos o tres libros que me están sonriendo para que les dé un hogar, pero no siento esa deseperación que antes sentía ante las novedades. Me compré dos libros, cierto, pero uno es Jane Austen (uno que ya leí en digital) y otro es de Agatha Christie (que no leí, pero no lo compré porque deseara leerlo específicamente). Además, le regalé uno a mi sufrido novio (que más le vale que me preste, porque me morí de risa al leer su sinopsis). Más allá de eso, los libros que me interesan son todos de autores que podríamos llamar clásicos: Mark Twain, Roald Dahl y Michael Ende. Si acabo de decidirme a gastar más allá de lo cuerdo, podría resultar que me compro uno más de Jane Austen, o "Mujercitas" (dado que la copia de mi casa está hecha talco) o Julio Verne, por la simple nostalgia de mi infancia.


Lo cierto es que no encuentro nada entre los escritores contemporáneos que realmente me tiente y me haga desear llevarlo y tenerlo por siempre. Esperaba encontrarme con "Juego de Tronos", pero parece que a nadie se le ocurrió traerlo, lo cual me parece una lástima. Con unas pocas excepciones que tal vez podrían llegar a interesarme, lo cierto es que la literatura moderna se ha puesto algo pesada: todo es vampiros, cosas "sobrenaturales" e historias de amor medio trilladas. Eso por no decir nada de la prosa (de veras, dudo que en la vida real, alguien hable como los personaje sde ciertas novelas recientes). Díganme vanidosa, pero sospecho que yo escribiría un libro mejor que todos esos.


Otra cosa mala de la reciente Feria del Libro, y de la situación actual de los libros en Bolivia: Los importados, que implican autores clásicos y modernos, o teoría de cualquier área, son increíblemente caros. Sí, los libros son una gran inversión y personalmente no me arrepiento de gastarme más de 100 lucas en un libro relativamente corto y que podría descargar de internet, pero hay que reconocer que uno de los factores por los que la gente no lee en mi país es el precio de los libros buenos. Supongo que por eso no me quejo mucho de la piratería: Si no fuera por eso, las pocas personas que leen serían menos de la mitad de lo que es actualmente.


De la producción nacional, no me quejo, muy a pesar de que algunos autores no sean de mi interés. Las editoriales bolivianas hacen lo posible para re publicar a nuestros escritores y logran sacar ejemplares de buena calidad, en todo sentido. Supongo que si me interesara un poquito más la poesía, ya me hubiera comprado las obras completas de Yolanda Bedregal (en 4 tomos y con una edición bellísima).


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