domingo, 18 de mayo de 2014

Monstruos y aventuras en Fantasía

Al final, resulta que no hice nada de lo que quería hacer en mis vacaciones (y encima tuve que hacer dos turnos el día de mi regreso al trabajo, pero esa es otra historia). Eso significa que mi casa sigue desordenada, que igual tuve trabajo que hacer, y que mi lista de lectura sigue acumulándose. Eso sí, logré dormir bastante.
Eso sí, logré terminar el libro de ensayos de Tolkien que andaba arrastrando un tiempo. Debo admitir que, aunque interesantes, los ensayos de Tolkien, en especial ese sobre la Traducción de Beowulf, era un cacho..."mareantes". Considerando que todos los ensayos del libro fueron leídos en cursos y conferencias por él mismo,  supongo que tenían muchas más gracia escuchados que leídos (incluso considerando la conocida tendencia de Tolkien a hablar muy rápido y comerse las palabras). 
Algunos fueron más complicados que seguir que otros. Por ejemplo, disfruté su ensayo sobre Sir Gawain y el Caballeron Verde, y Sobre los Cuentos de Hadas, aunque no podría decir lo mismo del ensayo sobre la Traducción de Beowulf (pasé tres páginas sin entender que rayos era el verso aliterado) y el ensayo sobre el Galés (que era muchísimo más inteligible que el de Beowulf, de lejos).
Con todo eso, fue bastante interesante asomarse a la otra faceta de Tolkien, la de filólogo, aunque todo su trabajo en fantasía estaba impregnado de su estudio e invención de lenguas. El hombre era todo un académico y se nota de lejos que disfrutaba con esos ensayos, con transmitir lo que él sabía o su opinión sobre algo que lo apasionaba. Si bien se enreda en ciertos pensamientos o salta de uno a otro casi sin darse cuenta, si una salta con él no se pierde (tan) fácilmente.

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