martes, 6 de mayo de 2014

El largo Mayo

Apenas han pasdo seis días (contando con hoy) de mayo y ya han pasado demasiadas cosas. Por ejemplo, mi hermana compró un inocente cachorrito y pasamos la tarde del sábado consiguiendo comodidades mínimas (como comida y una camita) para el animalito en cuestión y dictándole una extensa lista de "Cosas que debo hacer ahora que tengo un perrito" a mi sobrino de 7 años. La pecera nueva ya está en pleno funcionamiento después de dos semanas de estar criando bacterias (que al parecer son necesarias para tener peces) y aunque no es algo que me apasione tanto como a mi esposito, debo admitir que se ve muy bien. 
En otras noticias, volví a retomar mi bordado (otra vez), aunque ahora trato de terminar mi hada (que posiblemente quede sin alas de mariposa). 
Pero, definitivamente, la mejor noticia de este mes son mis recién estrenadas vacaciones. Lo raro es que yo no las pedí, mi jefa me las ofreció...porque cayó en cuenta de que llevo dos años trabajando casi sin parar. O sea, tengo diez días en libertad para ponerme al día con mi lista de libros, acabar mi bordado, tocar el piano, practicar mi inexistente técnica de canto y pasar tiempo de calidad con mi esposito. 
Lo extraño de todo esto es que, a pesar de que rezaba por estas vacaciones, me preocupa el hecho de que la tienda arda hasta los cimientos en mi ausencia, o que las cuentas no sean pagadas, o los impuestos, o el inventario se desordene y quede reducido al caos hasta que yo regrese a poner todo en orden. Digo, ¿eso es normal? ¿pasar las vacaciones preocupada de lo que desharán hasta que regreses al trabajo?
Creo que llamaré a mi jefa cada día por un informe detallado...

No hay comentarios: