sábado, 7 de febrero de 2009

Un vistazo al futuro

Hoy salí a cenar con mi sufrido novio, pero no era cualquier cena, no. Resulta que en su Oficina decidieron que era momento de reunirse y pues decidieron que una cena era la mejor opción. Así que acabamos yendo con mi novio y una amiga a la casa de otra amiga a cocinar. Llegaron los demás invitados, tres parejas en total, prepararon unos traguitos (no crean que yo tomé nada, Meli es demasiado sensible al alcohol, o sea que es polla, como se dice en mi colmena) jugamos cine mudo y nos metimos la lasagna entre pecho y espalda.
La conversación giró alrededor de programas clásicos de televisión y películas y las rediciones de las mismas...y pues, aunque reí mucho y no me sentía tan fuera de lugar como suelo sentirme cada que salgo y eso, me sentí algo vieja. Es que, de pronto fue como ver todas las posibles reuniones que a lo mejor tenga en el futuro...que grave es que la vejez te caiga encima.
Lo gracioso del asunto, es que no me siento triste por estar vieja (o al menos lo que en mi eterna juventud solía considerar como ser vieja), sino que me siento extrañamente en mi lugar. Alguien me explica eso?

2 comentarios:

Buscando la hora 25 dijo...

Ya me dio ganas de Lasagna...

Je, je, je...

Creo que este tipo de reuniones se hacen más comunes conforme uno va creciendo... es algo normal...

Suerte al crecer.

Meli dijo...

Odio crecer...es un asco, necesito independencia económica y esas cosas, hasta que no las tenga crecer no me hará feliz. He dicho.