Aniversario: un gran día para seguir entera

¡Sí, señoras y señores del público lector! ¡He derrotado a Darwin y su estúpida evolución! ¡Y en mi aniversario de 3 años y 5 meses! Les cuento...

Como les dije ayer en mi última entrada lamentosa, se supone que hoy me sacaban mi hermoso tercer molar derecho inferior. A pesar de las negras perspectivas para el día, me levanté de buen humor y con el convencimiento de que no me sacarían nada. Vamos, que era cuestión de neta y pura lógica cartesiana, porque el dentista me llamó antes de que fuera al antro de tortura llamado consultorio y me preguntó si tenía una radiografía panorámica.

El punto es que ya en el mero consultorio, el dentista revisa mi hermosa muelita y resulta que dice que sólo se hinchó porque está brotando, que está sanita y en buena posición (si ven como salen las de mis hermanas entenderían. Parece que fueran mammuts!), así que dijo que mejor las dejaban ahí no más, porque servían. Lo malo fue cuando vio el resto de mis dientes y dijo que mejor me sacaban los premolares! pero primero había que consultar al ortodoncista. Así que, a pesar de mi voto de jamás ir a ese otro antro de tortura, tuve que ir de calladita.

Odio la idea de tener que convertirme en una antena de televisión por la cantidad de fierros que me van a tener que poner en la boca, y además perder cuatro bellos premolares que están buenos, pero, al menos de momento, estoy tratando de tomarlo con filosofía. Como me dijo mi buena amiga Nath, al menos tendré una hermosa sonrisa para lucir el día de mi boda (si es que me caso, claro. Sino ¡qué estafa!).

Y ese fue mi maravilloso día de aniversario, aprovechado sabiamente pensando en mis dientes...