Patoaventuras en la Feria

En Cochabamba, la FEICOBOL es el gran evento del año. Todos, absolutamente todos, van al menos una vez a curiosear lo que traen los stands. Siendo franca, cada año es igual que el anterior, nunca me parece que traigan algo súper innovador que me deje patidifusa de asombro. Sí, hay algunas cosas nuevas, pero no son la mayoría.

Aún así, hoy nos lanzamos a un recorrido ferial completo de toda la tarde con mi sufrido novio y mi hermanita (es que así funciona nuestra mente, qué puedo decir). A pesar de que no hay nada nuevo, siempre es divertido caminar por ahí para ver las cosas que quisieras comprar pero son muy caras, las que no comprarías ni a bala, y las que te matan de risa. Y de todas formas, lo mejor de mis aventuras de hoy por la Feria no tuvieron nada que ver con comprar.

Estábamos por ahí, caminando alegremente, cuando me paré a ver que en el asfalto había una sica-sica. ¿Qué qué es una sica-sica? Les cuento, jóvenes padawans (ese es el plural de “padawan”?): una sica-sica es una super oruga, super grande, super fea (aunque vista de lejos tiene algo de encanto…creo) y de esas que te provocan una super urticaria si te tocan la piel. Para que se ubiquen mejor, pongamos una gráfica:

Sica-sica en el asfalto. Obsérvese las indicaciones preclaras de su servidora.

En general, les tengo un pánico tremendo. En Sucre solían caer de los árboles en otoño cual poéticas hojas secas en los hombros de las personas que, desprevenidas, paseaban alegremente por el Parque Bolívar, con lo desagradables resultados que podríamos esperar de esos bichos: griterío descomunal por el susto, y después maldiciones o lloriqueos por las marcas raras que empezaban a aparecer en la piel. Pero ésta en particular me dio algo de penita, es que la pobrecita estaba en medio del asfalto, por donde pasaba distraida un montón de gente que no se fijaría si la pisaban o no! Díganme si no es conmovedor? (Otra prueba de mi evidente cordura y raciocinio).

El punto es que se me ocurrió la loca idea de salvar al bicho super feo de una muerte segura por aplastamiento (esa palabra existe?). Así que, haciendo gala de gran valor (y gran estupidez) agarré uno de los miles de volantes que te dan en el recorrido por la Feria, subí la bicho en él y lo arrojé (Sí, como desde un metro de altura. De todas formas, si se cayó de un árbol, un metrito debería parecerle nada, no?) al "jardín" (que era más tierra que pasto, pero en fin), confiando en que ahí estaría seguro hasta que encontrara la forma de subirse a su árbol, colgarse hecho capullo de una rama y convertirse en una super mariposa nocturna (super fea, claro).

Creí que había hecho mi buena acción del día (una vida es una vida, no ve?), hasta que me di cuenta de lo realmente estúpidos o suicidas que son estos bichos. A los 10 minutos de mi heroico rescate, volvimos a pasar por la jardinera seca y nos encontramos con que la sica-sica (que debe moverse muy rápido para su tamaño) estaba al extremo del espacio verde tratando de subirse a la acera por la que pasaba otro montón de gente. Con razón la cabeza y la cola de esas cosas son igualitas! Es que ninguna les sirve para pensar!

Moraleja: no vuelvo a rescatar bichos.

p.d. Ya sé que parece que me hubiera jugado con los tipos de letra, pero juro por la vida de la estúpida sica-sica que esta cosa se lo qué completamente, no es mi culpa. Gracias.