Lo que es envejecer con gracia...

Esta entrada debí escribirla ayer, pero me sentía demasiado cansada (y eso que me dormí casi toda la tarde) para hacerlo. De todas formas, aca vamos. Ayer terminamos de ver el espectáculo del 2006 de Les Luthiers, un grupo argentino de música/humor. No me explayaré más en explicarles quiénes son, porque son famosos (mucho) y si no los conocen...pues han perdido la mitad de su vida.

Realmente no hay nada de nadie que iguale a Les Luthiers, son unos ÍDOLOS GENIALES, y lo digo sin temor a exagerar como suelo hacer con mis admiraciones. Había escuchados hablar de ellos, pero fue en la U cuando realmente los conocí durante cierta clase en que una docente nos puso a escuchar los clásicos "El rey enamorado" y "Cartas de Color". Yo, siempre tan discreta y moderada en mis expresiones, reí a gritos hasta que se me salieron las lágrimas.
Desde entonces, he visto varios de sus espectáculos (no todos, no crean, aunque me encantaría) y siempre me sorprende lo creativos que son, incluso haciendo "re-makes" de algunos fragmentos de shows pasados. Todos ellos me encantan por algo diferente, pero sin dudas, mi favorito es Daniel. De veras, a ése hay que verlo en vivo, aunque escucharlo no más es un mate de risa.
Pero regresando al espectáculo que vi ayer, nuevamente confirmé mis ideas sobre ellos: a pesar de los años y que todos ellos ya andan peinando canas, siguen teniendo esas cosas superlocas que los hacen únicos. ¡Y eso que repitieron lo de Ester Píscore y Terpsícore(s)!
Eso me llevó a preguntarme: Cuando tenga su edad ¿tendré esa misma capacidad de inventar cosas raras y diálogos con doble sentido? Y me respondo: Ni idea, en 40 años te aviso.
Hasta que llegue a encontrar la respuesta, los dejo con el video de una de mis piezas favoritas de Les Luthiers, o mejor dicho, del Maestro Johann Sebastian Mastropiero: El Bolero "Perdónala"