miércoles, 2 de junio de 2010

Mejorcito

Lo que es bueno para comenzar un nuevo mes, la manera en que terminé el anterior...no, muy destructiva. No hay nada como las pequeñas y sencillas cosas de todos los días para restaurar un ánimo tambaleante.
Por ejemplo, una de esas cosas es re-encontrarte con uno de tus libros favoritos de la infancia. La verdad, sigue siendo uno de mis preferidos, no sólo por la historia que tiene sino por...su aspecto. Díganme frívola, pero este libro en específico me lo regalaron cuando tenía como 11 años (si mal no recuerdo, que es lo más probable, la verdad) y fue el primero en edición de lujo que era sólo mío. Lo cierto es que no tengo más libros en edición de lujo (con hojas de cantos dorados y esas cosas) que ése. ¿Que qué libro es? Los curiosos pueden darse una vueltita por aquí (aunque mi hermoso libro es de las dos partes de la historia, no sólo de la primera).
Otra de esas pequeñas cosas maravillosas es el delicioso capuccino frío de la tienda de los amigos Crusaders. Todos los que lo prueban coinciden conmigo en que es un pequeño pedazo de gloria semi-líquida, azucarada y llena de cafeína. O sea, santo remedio para todo mal, exceptuando un resfrío.
Como dije, no es mala forma de comenzar el mes. Si todos los días fueran así (y pudiera recoger dinero de un árbol mágico o algo así), la vida sería más linda.

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