Cuando se acabe el Mundial estoy segura que estaré en uno de los líos más grandes de mi vida, lo sé, ya veo juntarse las nubes en el horizonte (valga la metáfora barata). Digan (como si sufrido novio opina...siempre un apoyo) que estoy exagerando, o me estoy anticipando hechos que no estoy segura de que vayan a pasar, o que cuando llegue el momento ya veré que hago, pero eso sería tratar de tapar el sol con un dedo (más metáforas climatológicas). Mientras aún brilla el sol, me quedan pequeños momentos, casi todos futbolísticos, para disfrutar...o no tanto.
Esta mañana se jugó el penúltimo partido de los 8° de final: Paraguay frente a Japón. Como le dije a mi papá, por ser latina apoyo a Paraguay, pero si tuviera que apostar le iría a Japón sin dudarlo. Durante los dos tiempos y la parte adicional, nuestros antípodas (los japonésidos) me dieron la razón. Que puedo decir, en mi humilde y poco experimentada opinión, fue un buen partido.
Pero, y es una prueba más del exceso de mala suerte con el que ando últimamente (y que se condensan en forma de nubes negras próximas a descargarse, sobre mi cabeza de preferencia), la cosa se dio la vuelta en penales. Si no vieron el partido, ahí les dejo los penales, porque no tengo ánimo de contar como fue la cosa.
¿Vieron? ¿Cómo pudo fallar ese penal? ¿CÓMO?
Gracias a Dios que no aposté...
2 comentarios:
Me ha dado mucha pena por Japón, apoyo a Paraguay porque son latinos, pero realmente me ha dado pena que quede fura un representante asiático. Además después de todo pobres Oliver, Benji, Steve, Tom, tendrán que esperar un par de años más para ver realizado su sueño.
Sí, pobres los supercampeones, jugaron un gran campeonato. Espero que no le pase nada malo a Komano :S
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