lunes, 15 de octubre de 2012

Clases de baile

       ...Ahora, bailar es dejar que el cuerpo respire... (Profesora McGonagall, antes del Baile de Navidad)

Esta entrada debería ser, en verdad, de dos cosas. Una, lógicamente, es la clase de baile que tuvimos hoy con mi sufrido novio, la otra es nuestra vuelta final por la Feria del libro, pero creo que definitivamente eso irá mejor en otra entrada, que prometo escribir tan pronto como pueda (o sea, en dos o tres...semanas).
La verdad es que bailar vals nunca me ha parecido difícil, mi mamá se encargó de enseñarme el paso básico antes de que tuviera 10 años creo, y (modestia aparte) tengo un buen sentido del ritmo. Mi problema es que, dado mi ingulable sentido del ritmo, estoy muy acostumbrada a ser la que guía el baile, cuando se supone que debería ser el hombre el que guía (ese es mi feminismo rebelándose...creo). 
Por otra parte, mi sufrido novio tiene en su contra sus articulaciones maltratadas por la gota y (la verdad sea dicha) un sentido del ritmo algo defectuoso (mi amor, si ves esto, no olvides que te amo). Lo sorprendente fue que sacó el paso de vals con contrapunto en dos patadas. Fue una grata sorpresa, debo admitir, aunque poner ese paso en el ritmo fue lo complicado.
Eso sí, nos hicimos un lío cuando empezamos a bailar juntos porque (¿qué creen?) yo quería guiar y no había caso: no puedo manibrar algo tan grande, mucho menos si estoy ocupada tratando de no caerme de los tacones.
Sí,damas y caballeros, bailaré con esos taconazos que les mostré hace un tiempo (tengo que estar realmente loca para hacer eso). Descubrí que lo difícil no es mantenerse en los tacones, lo realmente difícil es bailar sin apoyarse en los tacones a riesgo de no deslizarme y caerme de cara. Eso significa que estaba permanentemente parada de puntas, sin apoyo en los talones y tratando de seguir las zancadas que daba mi sufrido novio. Al final de la hora, los tobillos me temblaban y estaba colgada del cuello de mi pobre novio para no caerme. Lo único positivo de eso es que era algo más fácil de maniobrar.
Tenemos una clase más para sacar la "coreografía", o al menos ver si podemos lograrlo sin que los tacones asesinos se me volteen o se le claven en los pies a mi sufrido novio, y (teóricamente) deberíamos tener mucha práctica antes de esa clase. Ahora, jóvenes saltamontes, ¿creen que lograremos sacar la coreografía en dos semanas? ¿Perderá un pie mi sufrido novio? ¿Me haré un nuevo esguince en el intento? Dejen sus apuestas en los comentarios.

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