miércoles, 31 de octubre de 2012

Papa casada

En el ajetreo y locura de la anterior semana, no pude escribir nada sobre lo que pasaba. Más que nerviosa, estaba cansada, muy, muy cansada. Pensé que tenía los nervios bajo relativo control hasta que el viernes en la tarde me dio una crisis histérica por culpa de unos bloqueadores que se interponían en el camino del sacerdote que debía venir a casarnos.
Si me pusiera a contar todas las "anécdotas" de la boda, no termino nunca, así que me conformo con decir que, a pesar de las dificultades, salió todo bien y bonito, nosotros (mi marido y yo) estuvimos felices y la pasamos bien, como la gran mayoría de nuestros invitados.
Ya nos mudamos a nuestro cuartito temporal, así que estamos rodeados de cajas y desorden de todas nuestras cositas metidas en un solo loquero. Al menos, tenemos donde dormir y agua caliente en el baño.

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