viernes, 3 de abril de 2009

Mi ego al mando

Hoy podría escribir sobre dos temas: mis papás volvieron de su breve viaje a Oruro-La Paz por lo que, a pesar de algunos contratiempos como llaves que no quiero tener a mi cuidado nunca más y cierto desagradable plan de viaje para Semana Santa (por favor, secuéstrenme antes del tal viaje, yo no quiero ir! quiero quedarme en mi casa a vegetar!), he vuelto a ser "libre" (de todas formas seguiré cargando con las responsabilidades de mis hermanas y eso, pero al menos no seré responsable de toda la casa); o mi repentino corte de inspiración hoy mientras seguía descomponiendo la segunda pieza para el documental ese que les dije que hizo que me quedara sin poder avanzar (gracias a Dios es para la próxima semana todavía, o ya estaría trepando paredes para poder terminarla inspiración o no).
¿Verdad que son temas de vital importancia? (o sea que me darían mucho material para quejarme. ¿Alguien se ha dado cuenta de que me quejo mucho?) al menos para mí lo son pero no tengo ganas de escribir de ninguno de los dos. Estuve por ahí (mientras trataba de que mi inspiración volviera) navegando alegrementey caí en algunos blogs muy interesantes que tienen toneladas de comentarios. Entonces, como buena envidiosa que soy, me pregunté a mí misma:
Meli: ¿Qué tienen estos que no tenga yo?! (con tono histérico yendo para envidioso).
Mente de Meli: Veamos, escriben mejor, con más estilo, de mejores temas... ¿De veras quieres que siga?
Meli: Cállate! tú que sabes?!
Mente de Meli: Lo mismo que tú, babosa, hasta la pregunta sobra.
Meli: Cierto...jejeje
Pero volviendo del delirio y de mi tendencia a charlar conmigo misma y con mi conciencia (que piensa muy distinto que yo y yo misma, nótese la diferencia) me pregunto otra vez a mí misma (esta vez juro que respondo yo, no mi mente): ¿Por qué escribo este blog?¿Porque los demás me lean (aunque supongo que sí me gusta la idea en el fondo)? ¿Porque me gusta escribir? ¿Porque necesito escribir?
Y la respuesta más honesta que puedo darme a mí misma es que un poco de las tres razones anteriores: me gusta escribir, siempre me ha gustado (cuando era chica quería ser escritora, pero lastimosamente las ideas no me sobraban...momento, las ideas siguen sin sobrarme!) aunque ya no aspire a escribir un libro inmortal; necesito escribir porque hay cosas (más locas o más cuerdas, o más tristes a veces) que es más fácil ponerlas en un papel (o en un procesador de texto) que decírselas a alguien de carne y hueso (que no sea yo y mi sufrido novio que muchas cosas ya me aguanta); y, finalmente, aunque soy tremendamente tímida, bastante reservada con mis cosas (¿se notó? no, para nada) y no sea de esas personas que tienen una tonelada de amigos en todos lados y que caen bien a todo el mundo (de hecho, en la U había una idea general en mi Carrera de que yo era una asocial apática y aguafiestas. Creo que esa idea aún subsiste en el estudiantado y en gran parte del cuerpo docente) y aunque declare que nada me aterra más que la fama, debo confesar que muy muy muy muy muy adentro (se captó que tan adentro, ¿verdad?) la idea de ser famosa o reconocida por algo no muy malo (mis locuras no son tan malas, así que cuentan dentro del grupo de las buenas) es bastante atractiva.
Y, ya hecha la confesión de los más retorcidos motivos de mi psique, me pregunto de nuevo: ¿Esta confesión me hará más humilde de manera que pise tierra y deje de esperar tener una tonelada de comentarios a la cantidad de pavadas que escribo? Me respondo: NO, sigo queriendo tener un millón de comentarios y probablemente moleste a todos mis amigos y conocidos para que entren a este blog y enloquezcan con mis tonterías.

2 comentarios:

Buscando la hora 25 dijo...

Pues para recibir visitas se necesita promoción y en eso pueden ayudar los que entran en el blog... Así que a promocionar se dijo.

Meli dijo...

Bueno, ya que así es la cosa lo autorizo, querido amor mío, a "promocionar" mi blog. Pero a gente que aprecie mi reotrcido sentido del humor no más, ya?