domingo, 22 de mayo de 2011

Largos días sin conexión

La verdad, el viernes no tenía fuerzas para sentarme a la computadora después de que terminamos de hacer la presentación de una investigación que hizo mi sufrido novio...bueno, él la hizo, yo ayudé a tabular y a que nadie se durmiera con mi incensante charla sobre profundas trivialidades. Ayer había pensado que, volviendo del Club (porque después del ir al Club, voy al ensayo y de ahí suelo terminar comiendo algo con los chicos del Club otra vez), me sentaría a ponerme al día, pero dejando mi bolso en mi cuarto, me fijé que alguien había dejado "Cien años de soledad" ahí. No pues, dije un ratito y acabé sentada ahí re-leyendo las desventuras de los Buendía (una de mis familias disfuncionales favoritas de la literatura). Después de eso, ya no tenía fuerzas para sentarme a la computadora.
De todas formas, no sé para qué me preocupaba tanto. Mi vida virtual no es precisamente emocionante, ni siquiera mi vida real es emocionante. Entrar hoy, después de dos días al Facebook fue algo decepcionante porque no había nada nuevo (hablando de cuán popular soy).
Lo más interesante de estos días fue ir a una charla sobre unas becas que ofrece la Fundación Simón I. Patiño a España. Básicamente, fui porque mi mamá estuvo dándome vueltas dos días con el temita y a ver si así la dejaba tranquila. Gran error, ahora mi papá también está dando vueltas con el asunto. No sé si mi escaso entusiasmo por ir a algún lado sola es tan poco evidente...tal vez debería dejarlo claro, pero eso significaría dar pie a que se me arme la gorda y me levanten todos y cada uno de mis errores y fallas desde el día en que nací. Paso, gracias.

Enlace

No hay comentarios: