Ayer (o anteayer, qué importa) tenía tantas cosas que contar, y resulta que cuando trato de entrar a mi blog para descargarme de todos los males del universo, resulta que Blogger estaba en mantenimiento y no se podía entrar ni a a balazos. Pensé para mí misma que sería cosa de un rato, pero después me vengo a enterar por la señora Marce que la cosa llevaba así más de 5 horas.
No sé, al final, cuánto duró el tal mantenimiento, pero al volver me encuentro con que se habían borrado las últimas entradas de varios blogs que leo. Claro, después de un rato volvieron a aparecer, pero no quita que ese rato fuera súper emplumante.
Sí, entiendo que, de cuando en cuando, los servidores y la redes necesitan que se les dé una pasada para que sigan funcionando, pero cualquiera diría que más 5 horas es demasiado. Lo peor del caso es que se me quitaron las ganas de quejarme de todos los males del universo que tenía ayer!
Pinches saboteadores...
No sé, al final, cuánto duró el tal mantenimiento, pero al volver me encuentro con que se habían borrado las últimas entradas de varios blogs que leo. Claro, después de un rato volvieron a aparecer, pero no quita que ese rato fuera súper emplumante.
Sí, entiendo que, de cuando en cuando, los servidores y la redes necesitan que se les dé una pasada para que sigan funcionando, pero cualquiera diría que más 5 horas es demasiado. Lo peor del caso es que se me quitaron las ganas de quejarme de todos los males del universo que tenía ayer!
Pinches saboteadores...
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