Ya no tienen ni siquiera sentido del ritmo. Recuerdo haber tenido quince años, ir a las fiestas y ser el patito feo (usar lentes no es lo que a esa edad se considera atractivo), pero tenía un mínimo de idea de como bailar...o al menos un paso estándar y algo de gracia.
Ayer fuimos a una fiesta de 15 años con mi sufrido novio, mi hermanita, y una parte del Club. Lógicamente, me sentí excesivamente vieja, y más después de ver a las fetitas y fetitos...todos parecían de 10 años! La única que aparentaba su edad era la cumpleañera, las demás parecían menores que mi hermanita que tiene 13 años. La fiesta estaba sencillita, era pequeñita y más familiar que otra cosa, así que no había lío.
La cosa se puso interesante cuando pusieron la música bailable y resultaba que los niños no le daban ni a una, ¡ni una! Ni cumbia, ni música nacional, ni clásicos, ni nada de nada. No le daban a ningún ritmo, y tenían menos gracia que un pingüino en pleno inverno antártico.
Hubiera sido una fiesta realmente aburrida (con chicos que no saben bailar y chicas ancladas en sus asientos) si no fuera por nosotros, los viejos, que nos sabíamos todos los pasos y que bailamos hasta que no dimos más de cansancio.
Tal vez ese dicho de que sabe más el Diablo por viejo que por Diablo no está tan desacertado.
Ayer fuimos a una fiesta de 15 años con mi sufrido novio, mi hermanita, y una parte del Club. Lógicamente, me sentí excesivamente vieja, y más después de ver a las fetitas y fetitos...todos parecían de 10 años! La única que aparentaba su edad era la cumpleañera, las demás parecían menores que mi hermanita que tiene 13 años. La fiesta estaba sencillita, era pequeñita y más familiar que otra cosa, así que no había lío.
La cosa se puso interesante cuando pusieron la música bailable y resultaba que los niños no le daban ni a una, ¡ni una! Ni cumbia, ni música nacional, ni clásicos, ni nada de nada. No le daban a ningún ritmo, y tenían menos gracia que un pingüino en pleno inverno antártico.
Hubiera sido una fiesta realmente aburrida (con chicos que no saben bailar y chicas ancladas en sus asientos) si no fuera por nosotros, los viejos, que nos sabíamos todos los pasos y que bailamos hasta que no dimos más de cansancio.
Tal vez ese dicho de que sabe más el Diablo por viejo que por Diablo no está tan desacertado.
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