domingo, 27 de octubre de 2013

Un año

Hace un año, exactamente a esta hora, iba de camino a mi noche de bodas, después de la mejor fiesta de matrimonio de la historia, lo que significa que era completamente de mi gusto, con gente a la que yo invité, comida que yo escogí y nada de reggaetones estúpidos entre la música para bailar. Todo el mundo me dijo que el primer año de matrimonio es el más difícil, por esa cosa de acostumbrarse a la convivencia cercana con una persona que no es tu familia y que tiene (de seguro) costumbres raras.
No voy a decir que ha sido como una nube de algodón de azúcar, este año ha tenido sus bemoles, pero nada tan terrible como los comentarios podrían hacer creer. Nada de arrancarnos los pelos, ni crisis nerviosas por posibles restos de dentífrico en el espejo o cosas por el estilo. Creo que una de las ventajas de haber tenido un noviazgo es que nos conocíamos lo suficiente como para hacer la transición al matrimonio con relativa tranquilidad.
Habíamos pensado hacer cosas especiales por nuestro aniversario, una de las cuáles era preparar sushi casero y comer hasta morir (no todos los días se cumple un año de casados). Lo cierto es que el día tuvo muchas alegrías (y comida), al final de cuentas, tengo al mejor esposo del mundo, pero no empezó así.
Es cierto que esperaba esa mala noticia en específico, pero aún así deseaba con todo el corazón que no sucediera, que Dios nos enviara un milagro. Obviamente, el milagro no sucedió y la noticia me llegó antes de las 7:00 am (una muy blasfema hora en domingo). Llorar no es la mejor manera de comenzar el día de tu primer aniversario de matrimonio.
Hace un año, era un día soleado y radiante de primavera y yo era una novia radiante en el mejor vestido. Esta mañana, llovía a cántaros en la mañana y yo era una esposa llorando mientras su esposo la consolaba. Un año puede traer muchas cosas y muchos cambios, y aunque no comprenda la razón detrás de muchos de ellos, me siento agradecida porque no estoy sola para enfrentarlos y tengo un hombro para llorar y apoyarme. A pesar de todo, Dios es bueno.

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