jueves, 17 de octubre de 2013

Yo no me llamo (y, por cierto, lo odio)

Hace unos meses, salió al aire en la televisión nacional un programa de, básicamente, concurso de imitadores de cantantes. La idea no es original ni mucho menos, es el formato copiado alrededor del mundo con diferentes nombres, el de aquí creo que compraron el nombre de un programa en Ecuador que se llama exactamente lo mismo: Yo me llamo. 
Debo admitir que, en general, disfruto los programas de talentos, más que nada porque en otros lugares se presentan talentos impresionantes, o si no impresionantes, al menos decentes. Como todos saben, adoro "The Sing-off" y estoy comenzando a disfrutar "The voice", pero esos son distintos.
El caso es que el programa de acá es, francamente, detestable. Lo desprecio con todo el poder de mi hígado. Ojo que no es por los concursantes (al menos, no todos), que como en todo lado hay personas que no lo hacen mal, que tienen buenas voces o que imitan bien a tal o cual artista, como también hay los que una ahorcaría gustosamente porque no le aciertan a una nota y encima tienen el descaro de hacerlo en cadena nacional (y también lleva a interesantes cuestionamientos sobre la sordera colectiva de ciertos grupos).
El motivo de mi odio y desprecio son lo jueces. Lógicamente, siendo el canal lo que es, y siendo e formato lo que es, conformaron un panel de jueces típico, es decir, dos hombres y una mujer. Lo que no alcanzo a entender es en qué se basaron para elegirlos, además de...tener un jurado típico. La chica (googleenla, no me da la gana de escribir nombres) es obvio que está ahí por su cara bonita (que bien bonita es), porque de música no sabe un pimiento. Sus críticas son tan...vacías que realmente no se sabe si dijo algo bueno o algo malo o si su voto debería contar para algo más que para relleno del programa.
Otro de los jueces tiene una pinta única de diva frustrada, se da los grandes aires de "experto en música" pero la mitad de sus críticas no tienen nada que ver con los dones musicales de los participantes o su interpretación y se van a lo meramente físico. El otro juez es un cantante más o menos famosos de un grupo relativamente famoso a nivel nacional, y debo admitir que es el único que parece más o menos ubicado aunque sus críticas tampoco son un dechado de sabiduría. Lo cierto es que ninguno de ellos dice nada que valga la pena tomar en cuenta seriamente.
Al ver el programa y algunas de sus elecciones uno se pregunta si los cuates están sordos o algo, o en base a qué toman sus decisiones porque la mitad de ellas (si no todas) son incomprensibles. No creo que sea pueda culpar realmente a un cantante amateur por hacerles caso o tomárselos en serio porque ninguno de ellos es profesional y sólo cantan de afición y nada más, pero no deja de ser molesto todo esa aura de grandeza y fama que se está creando alrededor de un programa por de más mediocre, incluso en su producción.
No falta talento, lo que en verdad falta es gente que realmente conozca y sepa de música para poder "juzgar" con más autoridad que una cara bonita. 

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