Ayer estaba demasiado cansada para escribir esta entrada, pero después de una reparadora tarde de sueño, ya estoy en condiciones (físicas, al menos). El estreno de "The Dark Knight rises" fue ayer, por suerte temprano o no hubiéramos podido llevar a mi primo Julián que sigue de visita por estos lares de Dios.
Definitivamente, la anterior película de Batman "The Dark Knight" es...insuperable, por muchos motivos, pero esta no quedó muy atrás. Tiene una historia interesante y buen ritmo. Para los "doctos" en el mundo del comic y las mil un versiones de la historia de Batman (como mi sufrido novio), había algunas cosas que se hacían obvias o predecibles en la historia. Afortunadamente, me considero muy ignorante de los mil universos paralelos de DC comics y fui muy feliz con mi ignorancia porque me permitió sorprenderme la mayor parte de la historia (de todas formas, mi sufrido novio ya me había arruinado la parte de la pelea entre Bane y Batman y el resultado).
La historia de Batman siempre ha sido un lío trágico y tenebroso, así que no es raro que el pobre hombre pase las de Caín antes de conseguir resultados "satisfactorios" a sus afanes. Siendo este el último capítulo de esta saga (porque seguro que en un futuro, lejano o cercano, alguien volverá a hacer otra peli de Batman), se me hace que los guionistas se pusieron a pensar en algo así como "Ok, ya le matamos a la novia, ¿qué cosa más trágica que eso podemos hacerle antes de que todo acabe?". Se me hace que estaban inspirados.
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