Quiero mover el bote, quiero mover el bote

Ayer, mientras tomaba el té con mis papas, dos hermanas y abuelitos, de improviso llamó mi sufrido novio. Estaba en el cine después de la reunión del club (que suelen terminar con todos los valientes alrededor de la mesa de hockey, esquivando los discazos y viendo como los dos salvajes de turno compiten por el título de Super Sexy Hiper Mega Poderoso Emperador de la Mesa de Hockey...o como dice Jas, por el título de Macho de Machos), y pues estaban estrenando Madagascar 2 y quería que vayamos a verla.

Tras la correspondiente ceremonia de Petición y Concesión de Permisos, mi sufrido novio compró las entradas y se vino a mi casita a tomar el té. Y ahí fue donde las cosas empezaron a salr al revés.

Todo comenzó con una fabulosa charla sobre las hormigas, las continuas y apasionantes batallas de mi mamá contra ellas (juro que no es sarcasmo...tras años de lucha, mi mamá ha descubierto que la mejor maneras de eliminarlas es simplemente echarles agua hirviendo) y los daños que hacen a las plantitas, en eso nos atrasamos...nos atrasamos más cuando yo me fui a arreglar un poco (ya sé que no tengo remedio, pero valía la pena intentarlo), y nos atrasamos mucho más cuando el taxi no llegaba...

Resumen: estábamos como cons 10 minutos de retraso a la peli. Y la cosa se puso peor cuando al fin llegamos al cine y mi sufrido novio se da cuenta de que no había su celular...que resultó haberse caído en el taxi. Para no perder más peli, me mandó adentro a comprar las pipocas y entrar a la sala de una vez.

Bueno, llegué como con 20 minutos o más de retraso, pero por suerte no me perdí los mejores chistes (mi sufrido novio, en lo de recuperar su celu y demás aventuras llegó a media peli...lo de sufrido, nunca mejor dicho). Si Madagascar es buena, Madagascar 2 no se queda atrás para nada.

Los personajes se han mantenido coherentes y los chistes son muy buenos...a pesar de estar preocupada por mi sufrido novio, no podía evitar reirme a carcajadas (sospecho que asusté al niño de al lado con mi retumbante risa) con las típicas ocurrencias de los pingüinos (Quién dijo que los pingüinos no pueden volar) y los monos me sorprendieron gratamente, en la anterior peli medio que no sonaban mucho, pero ahora se pusieron interesantes (Qué monada! jojo). Y los lemures!! Amo a ese rey, si está como una cabra, como no amarlo?

En fin, el punto es que me encantó, y entre una cosa y otra pasé un buen rato. Dicen que sacarán la tercera parte, apuestas a que de todas formas no volverán a Nueva York.