domingo, 21 de febrero de 2010

Clasicazos

Soy una persona tendiente a la nostalgia y a rememorar las cosas bonitas que pasaron hace mucho (también varias cosas feas que pasaron hace mucho para mantener mis odios alerta, pero eso es para otro cuento). Cualquier cosita puede hacer que me siente como ancianita melancólica a decir cosas del tipo "Cuando yo era niña solía jugar así o asá" o "En mis épocas, etc.". Con mis frescos 24 años no tendría mucha autoridad (ni recuerdos tan antiguos) como para decir esas cosas, pero soy un alma vieja (o muy depresiva, cualquiera de las dos vale para el caso).
El punto es que, a poco de llegar a casa volviendo de la "reunión" del Club (que, por cierto, fue saboteada por el Dios Momo, el Pepino y demás allegados malvados en un último intento de alargar sus patéticas existencias), me encuentro con mi sobrinito armado con una bolsa de soldaditos de plástico. Para la "gente moderna" que no sabe de lo que estoy hablando (que lo dudo, tampoco es que los soldaditos sean tan arcaicos...verdad?), recuerden a la tropita de cositas verdes y militares de Toy Story. ¿Ya saben de qué hablo? Pues bien, resulta que mi sobrinito trajo sus soldaditos nuevos y creo que no tenía mucha idea de qué hacer con ellos.
Echando mano de los recuerdos de mi tan lejana infancia, en que mis primos y yo armábamos ejércitos, los poníamos frente a frente y nos dedicábamos a derribarlos haciendo rodar pilas hasta aniquilar al último soldado enemigo, traté de enseñarle a mi sobrinito el antiguo arte de la Guerra en Miniatura.
No pude terminar la batalla, porque asuntos más urgentes me reclamaban (descargar música es una misión que no descuido) y mi hermanita menorse quedó a "acabar el trabajo". Me gustaría decir que ganó sin problemas, pero mi sobrinito resultó tener un gran puntería (o mucha suerte) y lo último que vi es que él derribaba 5 soldaditos de un golpe. Sin duda, un gran logro si sólo tienes 3 años.

2 comentarios:

Buscando la hora 25 dijo...

No hay nada como un juego clásico, aunque como muchas veces competir con un niño nos demuestre que ya no estamos tan jóvenes porque nos derrota demasiado fácil.

Meli dijo...

Por eso preferí retirarme cuando me idgnidad seguía intacta :P juasjuas