martes, 30 de marzo de 2010

Hablando de Roma...

Hace unas horas, en pleno ensayo de la 9° Sinfonía:
Entra Athi al auditorio mientras el coro hace sus ejercicios de calentamiento. Se sienta al lado de Meli y susurra:
Athi: Che, se murió Jaime Escalante en la tarde!
Meli: No! horror!

Algunas horas después, Meli está en su casa
Meli: ¿Se enteraron? Se murió Jaime Escalante!
Familia: ¿Cuál Jaime Escalante? Ah...ya! Pobre...
Meli: ... sí...

Y si la cosa está así en mi familia, puedo imaginarme lo que dirá la mitad del país mañana o esta noche, cuando pasen la noticia por la tele (si es que la pasan, claro). Si ustedes tampoco saben quién es Jaime Escalante (si son bolivianos, es imperdonable, y lo digo en serio), léanse el artículo de Wikipedia...o vayan y pregunten a sus papás (si ellos no saben, asústense y vayan a la Wiki, es más fácil).
Es una casualidad extraña que hace unos pocos días me estuviera quejando de la educación en general, después de leer el libro de Frank McCourt sobre su experiencia enseñando Lengua Inglesa. Jaime Escalante también era maestro allá en EEUU pero de una materia mucho más árida que el Lenguaje y la Literatura: las Matemáticas, el Álgebra, y más aún el Cálculo son la pesadilla del 90% de los estudiantes del mundo (el 10% restante son los escasos locos que la disfrutan porque le agarraron la maña).
Enseñar matemática y cálculo a un montón de estudiantes hispanos (ya de por sí rechazados en el fabuloso sistema de Gringolandia), pobres y sin preparación previa, es toda una hazaña. Hacer que esos estudiantes hispanos, pobres y sin preparazión, apruben sus exámenes de Cálculo de Advanced Placement (no entendí muy bien, pero al parecer son exámenes terribles para acceder a clases avanzadas de la materia en que se da el examen...como cálculo) es completamente increíble (tan increíble que en 1982 les hicieron repetir el examen a 14 estudiantes de Escalante que habían aprobado porque les parecía sospechoso).
Es uno de los poco orgullos de Bolivia (triste, pero cierto) en el exterior, si hasta le hicieron una película, en el nombre de Merlín! Pero, ¿qué hacemos con ese orgullo? Hace unas semanas, sus esposa pidió la Congreso (o como se llame ahora con esa ridiculez de cambiarle el nombre a las instituciones) que lo ayudaran monetariamente porque se estaban quedando sin fondos para su tratamiento de cáncer. Creo (porque la verdad no estoy segura de que lo hicieran) que todos los congresistas dieron parte de sus salarios mensuales, se hizo una moción para que se le entregara El Cóndor de los Andes, la máxima condecoración boliviana, mientras seguía vivo, y...ahí se acabó el asunto. No se dijo nada más en las noticias ni nada. Lógicamente, el estúpido juego de la política y las elecciones es muchísimo más importante.
Se murió, ¿y ahora? Supongo que vendrán todos los homanajes tardíos y los "sí, yo siempre admiré su trabajo" de un montón de gente que tal vez ni sepan bien quién era (lo conocen más en Estados Unidos que en su propia patria). Así funcionan las cosas por aquí...

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