sábado, 27 de marzo de 2010

Sushi...mucho, mucho sushi

Nos invitaron (a mi sufrido novio y a mí) a comer sushi casero a la casa de un amigo. Inocentemente, pensé que serían unas dos bandejas de sushi a lo sumo (ingenuamente, también pensé que nadie tenía ni pinche idea de cómo hacer un sushi decente, lo que nos demuestra que a veces es bueno tragarse los...pensamientos?), pero las chicas se emocionaron y sacaban un rollo tras otro.
No estaba feo, no. Estaba demasiado bueno (su salsa soya era increíble de fuerte), e incluso comimos con palitos (parece que mejoré mucho porque sólo se me cayeron dos rollitos de sushi). Lo terrible fue que comí más de lo que debí comer (como me pasa siempre con el sushi...es engañosito, no crean) y ahora estoy en ese estado al que los hobbits se refieren como "en el que se rellenan hasta los últimos rincones".
Para los hobbits eso es buenísimo, pero para mi estómago de simple humana es algo terrible! Es extraño sentirse feliz y terriblemente llena. No volveré a comer sushi en esas cantidades...en unos meses.