viernes, 24 de diciembre de 2010

Las típicas de Navidad

En días como éstos realmente deseo que mis perros vivieran en mi casa, al menos así se me facilitaría la tarea de darles de comer y salir todo el día a hacer mis compras navideñas porque no tendría que estar preocupara porque estén solos, o que no comerán hasta más de 24 horas más tarde. Claro, la otra solución sería quitarme el remordimiento de conciencia, no regarlarle nada a nadie (no es que este año hayan hecho "méritos", con la excepción de mi mamá) y quedarme feliz en casa.
Hoy no caminé mucho, de veras que no, sólo parte de la tarde y cuando el sol ya estaba casi metido y no aplastando como un plomo, pero aún así me siento muy cansado. Tal vez a ello contribuye el hecho de que tenga los pies y las pantorillas adoloridas desde esta mañana sin un motivo aparente (al menos, no alguno que recuerde).
A eso agréguenle que mi familia es muy complicada de regalar, y que tendré que despertarme temprano para ir a dar de comer a mis perritos y no estar todo el día con remordimiento de conciencia porque no comieron y deben estarse desmayando de hambre (o matándose mutuamente), y tengo un clásico y perfecto día 24 de diciembre.

2 comentarios:

Buscando la hora 25 dijo...

¿Qué sería una Navidad sin cansancio y dolor de pies de buscar regalos? FELIZ NAVIDAD PARA TODOS LOS LECTORES DEL BLOG.

Meli dijo...

Mucho cansancio y mucho dolor sin duda, y eso te consta más que a nadie :P