miércoles, 29 de diciembre de 2010

Reportes sin luz

No sé como le llamarán en otros países, pero acá cuando hay un corte de energía eléctrica la gente suele decir que "se fue la luz", sin importar si es noche cerrada o es un pleno y radiante día de verano. Supongo que también podríamos relacionarlo con el término "apagón" que, justamente, denomina a la misma situación de falta de electricidad, que implica que no se encienda la luz en los focos, que no funcione ningún aparato que no tenga batería incorporada (en este momento, podría besar a la batería de mi laptop), y (lo peor de todo y lógica consecuencia de lo anterior) que no funcione la bomba que provee de agua a la casa.
Realmente, este mes he sido la escupida de los dioses. No puedo decir que todo haya salido mal, he tenido pequeñas satisfacciones y alegrías, pero en general son más los colerones y renegadas varias, y eso ha sido así desde el mero 1° de diciembre. Dejemos de lado el gasolinazo y la disparada en los precios de los pasajes en el transporte público que hoy ha comenzado a mostrar su fea y confusa carota, olvidemos brevemente las consecuencias que eso tendrá en la economía nacional y en la alimentación de mis perros en particular, y vayamos directo a la desgracia de hoy, martes 28 de diciembre (Santos inocentes tenía que ser).
Antes de salir a la sesión semanal de matar zombies con la Tropa (porque ya somos los ocho que se necesita para un enfrentamiento), "se fue la luz" en mi casa. No me preocupé, es más, me reí un poco porque a ver si así mi hermanita deja de estar frente a la tele o a la compu y agarra un libro, además está el hecho de que ningún apagón dura mucho. Me fui tranquila a respetar la santidad del martes, y de ahí nos fuimos a cenar con mi amiga Nathy y su novio antes que se vayan de regreso a Argentina. Cenamos rico sushi, charlamos de todo, empezó a llover, y cada quién se fue para su lado. Un poco antes de la partida, me llama mi hermana con las mejores noticias del mundo: la luz no volvió en mi casa.
Pensé que sería todo el barrio, o al menos la cuadra que estaba sin electricidad. No pues, damas y caballeros, ni siquiera tendré el consuelo de los tontos de que mi mal sea de muchos. Al parecer algo se fundió en mi casa y sólo en mi casa, y nada más que mi casa está sin electricidad.
Con suerte, vendrán mañana a encontrar el cable fundido y lo repararán y no tendré que gastar mi batería en escribir este reporte y mantenerlo actualizado hasta que pueda subirlo a mi blog. Pero, en vista y considerando, que mi suerte este mes es definitivamente nefasta, no espero mucho.
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Actualizado justo antes de publicar
Después de un arduo día en que mi papá y el señor de la companía eléctrica estuvieron dale que dale tratando de encontrar el corte, la luz ha vuelto a mi casa. Lastimosamente, no hay día perfecto y el Gobierno o la paranoia desatada por el gasolinazo de hace unos días, nos tenían una sorpresa.
Hubo rumores de un posible "corralito bancario" (situación en que , por decreto Supremo, se congelan las cuentas de los bancos y nadie puede sacar dinero de sus cuentas) y, como era de esperarse, la gente se volvió loca. Con el asunto de la electricidad, no tuvimos ni tiempo ni posibilidad es escuchar noticias, así que cuando vi en la tarde las enormes colas en los cajeros automáticos y en los bancos me pareció algo definitivamente raro, pero lo saqué de mi mente en dos patadas.
El Gobierno, más bien, el Presidente en persona ya ha desmentido el rumor, incluso tuvo los nervios de tratar de tomarlo a broma alegando que "si quieren sacar dinero para su Año Nuevo, pueden hacerlo, nadie los va a detener" en vista de la histeria colectiva que corrió en la tarde. Lo triste es que la desconfianza cunde y la psicosis colectiva también.
Las luces volvieron a mi casa, pero definitivamente no a las cabezas de la mayoría de la población.

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