Para que este febrero termine de ser un mes del asco en todos los sentidos posibles, hoy sucedió la cereza que colman las desgracias que podrían pasarme. El perrito de mi hermana desapareció. Ni siquiera puedo decir que se perdió porque simplemente no aparece, no sabemos si se escapó (que lo dudo, porque jamás he visto a un perro al que se le deje la puerta abierta y ni siquiera haga el intento de asomarse afuera), o alguien se lo llevó o qué pasó, no sabemos nada. Lo único cierto es que no hay.
Cuando mi perro era joven y vital y le daba pore scaparse me ponía muy nerviosa y salía a buscarlo, aunque en el fondo sabía que mi Rulito sabía como volver a casa. El caso de Cachito es distinto: jamás he visto un perro con tan poco sentido de la orientación, de la territorialidad, que no ladre más que lo justo y necesario, que sea más dócil y manso que...bueno, que el más manso de todos los mansos, al punto que ni siquiera sabe defenderse. Siendo así las cosas, estoy muy muy muy ASUSTADA por él.
Mis papás salieron a buscarlo cuando les llevaron su comida, le preguntaron ala vecina y al señor que guarda su auto en el garaje y nada. Es como si se hubiera desvanecido en el aire. Y para rematarla, ni siquiera tengo una foto decente de él, nada que sirva mínimamente para poner uno de esos carteles de perritos perdidos (la verdad, ni siquiera tengo dinero para ofrecer una recompensa). Estoy preocupada, y mucho, ni siquiera pude concentrarme en el ensayo y me resbalaron las indicaciones.
Ahora mismo debe tener hambre y ni siquiera tiene mucho pelo como para decir que no tendrá frío. Espero que vuelva a casa.
Cuando mi perro era joven y vital y le daba pore scaparse me ponía muy nerviosa y salía a buscarlo, aunque en el fondo sabía que mi Rulito sabía como volver a casa. El caso de Cachito es distinto: jamás he visto un perro con tan poco sentido de la orientación, de la territorialidad, que no ladre más que lo justo y necesario, que sea más dócil y manso que...bueno, que el más manso de todos los mansos, al punto que ni siquiera sabe defenderse. Siendo así las cosas, estoy muy muy muy ASUSTADA por él.
Mis papás salieron a buscarlo cuando les llevaron su comida, le preguntaron ala vecina y al señor que guarda su auto en el garaje y nada. Es como si se hubiera desvanecido en el aire. Y para rematarla, ni siquiera tengo una foto decente de él, nada que sirva mínimamente para poner uno de esos carteles de perritos perdidos (la verdad, ni siquiera tengo dinero para ofrecer una recompensa). Estoy preocupada, y mucho, ni siquiera pude concentrarme en el ensayo y me resbalaron las indicaciones.
Ahora mismo debe tener hambre y ni siquiera tiene mucho pelo como para decir que no tendrá frío. Espero que vuelva a casa.
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