domingo, 6 de febrero de 2011

Sábados y sábados

Generalmente, son mi mejor día: estar con los amigos, reír, jugar, pasarla bien y de la forma más sana (de hecho, son los únicos con los que hago deporte). Pero hoy...no fue un mal día, pero no terminó bien, al menos para mi ánimo.
Así que, éste es el punto: ¿Quieres que te reciba bien? Avisa a que hora llegas, no soy adivina. Ten la amabilidad de preguntar por lo menos cómo estoy después de que me das una responsabilidad que no es mía y, no se te olvide, controla tu mal humor y guárdalo para tí, deja de estrellarte contra todo el mundo. Te aseguro que no soy culpable ni siquiera de la mitad de las cosas que te pasan, no tengo que pagar el pato de nada que no sean mis propias malas elecciones.

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