martes, 6 de octubre de 2009

Comenzar de nuevo

Mi primer trabajo, según recuerdo, fue bastante aburrido. Fue durante el semestre más horrible que tuve en la U (aunque tengo varios candidatos para tan honroso puesto), porque estaba en Metodos de Invetigación II con el genial Jefe de Carrera al que le encantaba llamarme por el apellido de mi sufrido novio en clase y hacerme preguntas capciosas, la mitad de mis materias las daban a la 1:00 de la tarde y no me daba tiempo de ir a comer a mi casa y, para rematarla, estaba de becaria en la Dirección de Carrera.
Básicamente, era la ayudante de la secretaria, que es muy buena gente, pero tan aburrido que, a veces, para tenerme ocupada en algo, me mandaba a limpiar las oficinas del Director de Carrera y del Docente a tiempo completo...nada motivador si me lo preguntan. Salí brincando de alegría cuando al fin terminé mis horas de beca.
Mi segundo trabajo fue bastante después, cuando me tocaba hacer las prácticas guiadas. Fue en la empresa de mi tutor de tesis, que también es muy buena gente (más bien, o nos hubiéramos acabando matando en el año que tuve que perseguirlo a todos lados por mi tesis), y la verdad que la pasé bastante bien. El trabajo era más que nada de organización y algunas veces de grabación. Odio grabar, porque acabo completamente acalambrada, pero lo bueno era que grabábamos a la Orquesta Sinfónica en sus conciertos entrábamos de a gratis. EL trabajo perfecto para mí.
El tercer trabajo que tuve me resultó demasiado frustrante. Tal vez fuera mi culpa o tal vez la de mi alumna (prefiero echarle la culpa a ella, la verdad), pero no duró mucho y la paga era casi un chiste.
Después de eso vino el largo período en el que, como bien sabrán, estuve alegremente de vaga. Y ahora, tengo un nuevo trabajo (de momento a prueba) que no sé si realmente me hará feliz o logrará apasionarme, pero es lo que hay y tenog que dejar de quejarme y tomarme la vida en serio (lo cual, por cierto, es un ASCO porque significaría que he crecido y soy una aburrida adulta más en este mundo de adultos aburridos).
Estoy muy nerviosa, me siento terriblemente presionada a hacerlo bien pero no sé si realmente pueda. No puedo fracasar y eso me pone más nerviosa aún, porque en el fondo sé que lo haré tan mal y que tratarán de deshacerse de mi antes que acabe la semana (oh sí! soy el optimismo andando).
Necesito que alguien me abrace, y los únicos abrazos que realmente me interesan son los de mi sufrido novio que, como está en Cambalandia, no puede dármelos (y sospecho que en este momento, darme abrazos no es una de sus prioridades).

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