domingo, 11 de octubre de 2009

Hay que ser justas

La verdad es que el día no resultó ser muy malo, aclarando que la que estaba mal era yo porque motivos que ya expliqué en la anterior entrada. Después de que lograra hacerme a la idea de que mi sufrido novio no llegaría de ninguna manera lógica y/o normal (lo que incluyó algunas lagrimotas más en privado...puedo ser tan patética), pasé una tarde tranquila con mis primos y primas (y un sobrino que recién descubrimos que es sobrino después de creer por años que era primo) viendo televisión.
La idea era ver sólo el partido Bolivia - Brasil pero después nos quedamos un cacho más ahí antes de que nos llamaran porque era hora de la retirada general. Sin duda, lo mejor fue el partido porque ¡GANAMOS! (insertar aquí coro de los ángeles de cielo cantando el "Aleluya").
Todos los titulares ahora dicen que lo hicieron por el honor y esas cosas (a la hora que se nos ocurre pensar en el honor), pero lo cierto es que tienen razón: ganar a estas alturas de las eliminatorias a Brasil (BRASIL! captan?) no nos sirve para nada porque de todas formas no clasificamos, somos los penúltimos de la tabla (en cierta forma es un consuelo saber que hay alguien que es peor que nosotros) y, en general tuvimos una eliminatoria que parecía una montaña rusa (caes, caes, caes y caes y después vuelves a subir a ratos, pero nunca alcanza la altura desde la que te caíste). A estas alturas el honor y la dignidad no nos sirven para nada, debieron inspirarse como hoy hace unos cuantos meses. Además, hay algo que no logro entender en el desempeño del equipo: si se trata de enfrentar a los "pesos pesados",como Argentina y Brasil, de pronto es imbatible y el arquero lo único que hace es apoyarse en uno de los postes y disfrutar del espectáculo; pero cuando se trata de jugar contra equipos francamente mediocres, acabamos demostrando que si de mediocridad se trata no hay como nosotros porque no logran dar pie con bola, literalmente.
Hay un dicho en Bolivia referido a la Selección: Jugamos (porque siempre usamos el plural para esos casos) como nunca y perdemos como siempre. Triste pero cierto, lo que además prueba que somos personas realistas (no me vengan conque somos pesimistas porque un pesimista es un realista bien informado). Hoy jugamos como nunca (lo usual) y ganamos (como pocas veces) y no nos sirve para nada (irónico pero comprensible visto en contexto).

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