viernes, 22 de julio de 2011

Compradora compulsiva

Eso es algo que nunca he sido, al menos no cuando se trata de ropa, zapatos, maquillaje o cualquier cosa de las que entusiasma al 99% de las mujeres normales (me enorgullezco de no ser para nada normal). Si hay algo que podría comprar compulsivamente son libros y juguetes (en especial de Harry Potter, El señor de los Anillos, o Star Wars), pero como suelo estar escasa de fondos, pues no lo hago.
Para mí, salir a comprar ropa es un martirio, si lo hago tardo más en llegar que en comprar. Voy en plan "mira rápido, elije lo más sencillo y bonito que haya, fíjate que no sea muy caro, pruébate, compra, vámonos de aquí". Hacerme coser ropa tampoco es una opción, generalmente no lo hago y cuando lo hago es más del tipo "Hazme una falda bonita, medio amplia, ¿listo? Vámonos". Elegir modelitos, que si esto es má bonito que aquello, por muy incómodo que se vea, que si el corte acá o el corte allá, y cosas, definitivamente no es lo mío.
En mi opinión, la ropa debe ser cómoda, servir para múltiples propósitos (salir al cine, con los amigos, a beber, a jugar, etc, etc), no me entretengo en fruslerías. Tal vez por eso mismo es que siempre ando con pantalones jeans, poleras y tenis (zapatillas deportivas para los incultos). No significa que me vea desarreglada, no, simplemente que estoy más cómoda que toda la gente que vive trepada en tacones, con pantalones de tela incómodos (porque no se acomodan a ningún lado) y blusas de tela tan delgada que viven resfriados. Si alguna debilidad tengo en cuestión de vestir, son las faldas, pero como evito las oportunidades de vestirlas, pues están todas bien guardadas el fondo del ropero.
Eso sí, con esto de "mi nuevo empleo", mis papás juzgaron conveniente comprarme ropa, lógicamente, ropa como para usar en una oficina porque, en su opinión, no puedo ir con tenis, jeans holgados y poleras con estampados de Pac-man a trabajar, oh no, preciossso. Así que me dieron dinero (que nunca es mal recibido) y me mandaron de compras con mi hermana en calidad de "Asesora de modas", con claras instruciones de no dejar que me compre nada suelto ni estampado (y vi una polera que decía "I love chocolate").
Aún teniendo en cuenta mi inveterado odio por las salidas de compras, en especial las excesivamente prolongadas, fue un paseo interesante...y no precisamente por la ropa. Descubrí, por ejemplo, que la gente se ha encogido. ¿Cómo? se preguntarán. Es muy sencillo, mis jóvenes padawans, resulta que cada vez que me probaba un pantalón de esos que están de moda (bota chupada, ajustados y con cosas bordadas), dicha prenda de vestir, aunque me cerrara, me quedaba muy corta. Tenía que pedir que fueran largos para que me quedaran bien. No soy muy alta (1.70 m no es la gran cosa), pero si los pantalones estándar me quedan cortos, debo deducir que una mayoría de la población ha perdido tamaño.
Y la gran aventura del día. Después de una larga caminata comprando pantalones, una blusa, crema de peinado (para finjir que hago algo más que con mi cabello que simplemente atarlo), y algunas cosillas más, nos encontramos con X cantidad de dinero (No diré cuanto. Si alguno de mis conocidos lee ésto, me desprestigiaré ante sus ojos. Se dice el pecado, no la penitencia) que, por cierto, no era poco, pero tampoco mucho. Íbamos por ahí caminando, con la idea de comprar una blusa más cuando mi hermana ve una que, hay que admitirlo, era muy bonita y, definitivamente, algo que yo usaría. Pregunta el precio, digamos N. Convencida de que era una buena compra, mi hermana, a la que ingenuamente dí todo el dinero porque mis bolsillos no son los más seguros, sacó todo lo que quedaba, contó y pagó por la blusa. El resultado de la transacción fue:
X - N = 2.20 Bs.

Ahora, consideremos que el pasaje de micro para dos personas en Cochabamba es 3.40 Bs. (1.70 Bs po cabeza) y, lógicamente, cualquiera cae en cuenta de que estábamos en grandes problemas. Debo admitir que sabía lo que pasaría cuando compramos la blusa, pero no dije nada porque, por una vez, me dejé llevar por la imprudencia y el deseo de tener ropa bonita, así que parte de la culpa también es mía.
Supongo que sólo por eso, no hice un escándalo y me negué a comprar la tal blusa. Supongo que por eso, no me quejé por caminar varias cuadras mirando al suelo y rogando por encontrarme una moneda de 2 Bs por lo menos (obviamente, no hubo suerte). Y supongo que también por eso, no me quejé cuando mi hermana usó buena parte del crédito que me quedaba en el celular para llamar a casa pidiendo auxilio.
De veras, me tiene que ir muy bien en este trabajo o me sentiré mucho más culpable por comprar esa blusa tan bonita.

2 comentarios:

Lizzy Dhamenix dijo...

mi señorita xD .... esperemos que su blusita este bonita ... y que en su trabajo le valla muy bien xD

porque sinceramente ... gartar el dinero hasta quedarce sin monedas para regresar a casa .... creo que solo me paso 1 ves xD .. y fue por .. mmmmm si no me equivoco .. jguar Left for Dead xD .... cosas de la vida xD

que la fuerza le acompañe en su trabajo de oficina :)

Meli dijo...

Gracias, señora mía. Ya le contaré en vivo y en directo qué tal me va :p