martes, 19 de julio de 2011

Continuada

La mala suerte me persigue...o, más bien, simplemente vivo con mi familia. ¿Qué clase de día se puede considerar bueno si comienza con un charco de aceite en la cocina? No soy especialmente quisquillosa con eso del orden y la limpieza, pero hay cosas que no se pueden tolerar ni ignorar, y eso incluye los charcos de aceite.
Tal vez no me hubiera tomado las cosas tan a la tremenda si no hubiera sido porque la directa responsable se negó cínicamente y no quiso limpiar, alegando que tenía que ir a ponerse crema a las manos. Perdona, la piel de mis manos se ha puesto como una lija, y mojarlas y meterlas al detergente no ayuda, pero no por eso voy por ahí negándome a limpiar y poniéndome cremita cómodamente.
De ahí todo se fue cuesta abajo, típica situación de día en que mi mamá se va de viaje. Quisiera ver qué hacen el día que se me ocurra conseguir un trabajo y los deje arreglárselas como puedan. Odio cocinar, pero no tanto como las demás, odio limpiar el baño pero soy la única que lo hace. Así es la vida: un asco.

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