viernes, 1 de julio de 2011

¿Casualidad o destino?

No creo que "Destino" sea lo más adecuado para describir esta situación, pero definitivamente "Casualidad" tiene mucho que ver...dependiendo de dónde se lo mire. Seguramente, recordarán que hace menos de dos semanas (12 días, para se exactos) escribía que mi perro Rulito se había perdido.
En un golpe de suerte, dos días y medio después, lo encontré en la calle hecho un trapo. "Mucha suerte", dijo mi mamá; "Te lo dije", dijo mi sufrido novio; "Milagro" dije yo. Justo cuando estaba comenzando a sentirme algo más tranquila (mi Rulito ya brinca un poco y trata de salirse cuando alguien descuida la puerta), mi mamá llega hoy de la otra casa con la noticia de que el otro perro, Cachito, se perdió...otra vez.
Salí a buscarlo en la tarde, dí mil vueltas a los alrededores llamándolo (él no está sordo, así que bien puede escucharme), y traté de reconfortarme con la idea de que una vez ya logró orientarse como para llegar hasta por aquí. No lo encontré, ni de sombra...y hoy hace mucho frío y Cachito es de esos perros que no es muy peludo.
Ahora, hay algo que no puedo evitar pensar, y díganme si exagero porque ni mi mamá, ni mi papá se atrevieron a contradecirme (aunque tampoco me dieron la razón). El día que se mudan los inquilinos, mi perro Rulito se escapa. Admitamos que tiene muy malas costumbres y siempre ha estado algo loco, pero (y es ahí cuando comienzo a sospechar), los inquilinos se enteran de que el perrito está en mi casa "temporalmente" (aunque mi intención es que se quede aquí y mi mamá va a apoyarme) y comienzan las indirectas del tipo "¿por qué no tienen en su casa a los perros?" y "Sí, es que si uno quiere a sus animales, se los lleva a todas partes...". Hoy va la volqueta a levantar los escombros que quedaban de la refacción y ¡oh, coincidencia!, Cachito "se pierde" antes que mis papás lleguen.
Cachito será algo tonto, pero es el perro más amigable del mundo, muy distinto a mi Rulito que le ladraba al frutero, al periodiquero, al jardinero y a todos los "eros" que se asomaban por mi casa. Cachito le bate la cola hasta al peor enemigo de la familia, no puede avitarlo. Además, está el hecho de que no se asoma a la puerta aunque esté abierta de par, y menos desde su última aventurilla. ¿Y quieren hacerme creer que "se salió"? ¿Acaso tengo cara de imbécil?
Dios me perdone, pero podría jurar que los inquilinos lo espantaron con la idea de que, si lo encuentro, esté tan mal que me lo traiga acá también, y si no lo encuentro...igual ya se deshicieron del perrito. ¿Paranoica yo? No, simplemente soy lógica.
Si descubro el más leve indicio de que mis sospechas son ciertas, juro por las tangas de Merlín que me los cargaré a todos, incluyendo a su gato feo.

No hay comentarios: