domingo, 17 de julio de 2011

Días maaaaaaaaaaaalos

Hoy no, aunque ayer sí que lo fue, así que las cosas se arrastran hasta hoy. Realmente, soy muy burra, demasiado despistada y excesivamente confiada en que las cosas están donde las recuerdo. Eso es un gran error, dado que mi memoria es un asco para cosas prácticas (como recordar dónde dejé las cosas), resulta que podría no saber exactamente qué hice con mis cosas.
Por ejemplo, ayer, saliendo ya hacia el cine para el día de exposición y huevas, me dí cuenta recién de que mi billetera (con 20$ y mi carnet de identidad) no aparecía por ningún lado. Revolví mis cosas y la parte de mi casa donde recordaba haberla dejado y no apareció. No sé aún qué hice con ella, mi hermanita dice que estaba en mi bolso el día de la premier, así que hay una gran probabilidad de que la perdiera en el cine. Considerando que sacar un carnet es un alboroto eterno, y que la plata no me sobra, creo que mi depresión es por demás justificada. Ando rezando para que resulte que no revisé bien algún rincón y la pinche billetera aparezca, pero no creo tener tanta suerte.
Deprimida y todo, pasé parte de la tarde con el Club en el cine, con los chicos tratando de consolarme de mi pérdida.Deprimida me fui al ensayo del coro, con todo el ánimo de pasarla bien un cacho cantando, pero no contaba con mi mala suerte. Entre una cosa y otra, resulta que hubo algunos líos y no cantaremos ya con orquesta el Requiem de Mozart. Es muy decepcionante, pero, como dice mi sufrido novio, al menos cantaremos. Nos presentaremos en el Teatro Achá con piano, como la última vez. Supongo que ahora sí mi hermana podrá sacarnos fotos decentes...o mi chico podrá sacarnos fotos más decentes todavía.
Regresando al Cine para levantar la exposición y que nada (más) se me perdiera, sucedió lo mejor de mi día: Alcanzamos a ver los penales del partido Argentina-Uruguay, Tévez la tarreó una y Uruguay se quedó adentro de la Copa. La felicidad hay que agarrarla por donde se pueda, y eso me dejó más o menos contenta...hasta que me llamaron de mi casa. Yupi yú...
Entre una cosa y otra, no fue precisamente un buen día.

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