Fin de mes

Para ser el primer mes del años estuvo lleno de cosas raras, pero sin duda la cereza que colmó el vaso fue la aventura de ayer en la noche. Si entro en detalles, meteré a alguien en problemas por esa cuestión de que "todo lo que diga puede ser usado en su contra" y blabla...quédense con la curiosidad de saber qué fue lo que me pasó.
Mañana, o más bien en unas pocas horas, comienza febrero, mes de Oruro y del Carnaval (que para el caso es lo mismo). Eso significa que es el mes que más odio del año y agradezco que dure tan poco (excepto los años bisiestos). Carnaval acá es un pretexto para desperdiciar agua y perseguir a las chicas indefensas a la mala (hay cada psicópata que hinfla los globos, que resultan casi un arma mortal). Ayer me decía un amigo que si te mojan es porque algo de bonita tienes (cosa que no es tan cierta, porque mojan al que se les ponga por delante), en cuyo caso preferiría ser más fea que nadie para estar a salvo.
Carnaval para mí es época de encerrarse en casa, lo más oculta posible porque ni en la familia se puede confiar y esperar a que sea Miércoles de Ceniza para asomar la cabeza al aire libre. Mi único plan es la fiesta de disfraces que organiza todos los años la familia de mi sufrido novio, y como ni siquiera me gusta disfrazarme puede que recicle mi disfraz de Halloween (los que esperaban que me "sume a las festividades" vistiéndome de "algo divertido" se quedarán con las ganas).