lunes, 20 de junio de 2011

Le debo OTRA grande a San Roque

Las cosas no suceden de la misma manera dos veces, pero definitivamente pueden ser muy parecidas. Encontré a mi perro, fue pura suerte: giré la cabeza en el momento adecuado mientras pasaba en el micro y vi un bulto de pelo café, muy sucio, y con una cinta verde chígame-la-pupila al cuello y supe que era mi hijito.
Ya sé, hay muchos perros cafés, sucios y con una cinta verde chíngame-la-pupila al cuello (es el color que siempre les ponen en las campañas de vacunación), pero es el mío, es difícil equivocarme con él. Bajé medio histérica del micro, y corrí una cuadra como descosida.
Debo haber sido todo un espectáculo: una chica sentada en media calle, acariciando a un perro que apenas respiraba de tan cansado que estaba, llorando y llamando a su papá por el celular en medio de un ataque de histeria. Además de sucio y cansado, mi bebé estaba deshidratado, muerto de hambre, golpeado (tiene dos heridas en la espalda) y, de acuerdo al veterinario, con una probable infección. Le dieron antibióticos y ahora está acá, conmigo en casa, por lo menos hasta que se recupere un poco...o mi papá nos mande a la otra casa.
Sigo algo preocupada por él, digo, no es normal que esté temblando como un pollito remojado, pero ya no estoy tan asustada como ayer. Al menos, está vivo y está conmigo. Si me preguntan, peor aún que tenerlo muerto, es tenerlo desaparecido, no saber qué pasó con él, si sigue vivo o qué. San Roque: te debo otra.

2 comentarios:

Luis Curiel Medina dijo...

¡Qué bueno que lo encontraste! Muchas veces me ha pasado que no encuentro a mi perrita y ando como loco buscándola pero resulta que estaba escondida en la casa. Sólo una vez no la encontré pero al día siguiente resultó que la tenía mi vecino. en fin, sé como se siente.
Saludos.

Meli dijo...

Gracias! REalmente estaba preocupada por mi perrito. Como dije, es muy viejito y ya no está para esos trotes. Por suerte, ya está mucho mejor.