domingo, 10 de octubre de 2010

Angustia

¿Recuerdan la entrada de ayer? Sigo pensando en qué hacer con mis animales, y es algo que me da vueltas y vueltas la cabeza. Incluso hoy, mientras estaba en el Club planeando maldades sin cuento para la fiesta de Halloween, el problema seguía ahí, en un rincón de mi mente, dando la lata mientras cantaba "no tienes una solución, no la tienes, lero-lero..." (ya sé, suena loco pero es verdad!).
En un arranque de desesperación le pregunté a la Bola 8 (sí, el sobrino César tiene una, que espero que sea confiable) si mis padres me dejarían mudarme a la casa de mi hermana con mis perros. La bola dijo que sí, incluso cuando incluí a mi sufrido novio en la ecuación, pero no me confío. Digo, ¿cuáles son las probabilidades de que mis padres, que no me dejaron viajar solo por lo que sus amigos y amigas dirían de que yo estuviera con mi sufrido novio, me dejaran MUDARME, sola o acompañada (es lo de menos) a un lugar que no estará bajo su ojo vigilante y criticón?
Sí, soñar es fabuloso, divertido y gratis (a diferencia de muchas cosas). Es genial hacer planes de mudanza y organización para vivir con mi señora Marce, planear en robar una cocina por la puerta de atrás de una casa, o moverse cada quién con su plato y sus cubiertos porque no tendremos una vajilla aparte de mi juego de café, o darle "terapia" al duraznero para que dé un maldito fruto que se pueda comer. Pero ¿a qué distancia real están todos esos planes? Como dice mi señora Marce, puedo estar a dos semanas de la libertad...o de la peor caída.
La opinión de un amigo que conoce a mis padres: Ni lo intentes, busca con quién dejar a tus animales. Pero no puedo hacerlo, no puedo! Es como si me pidieran que regale a mi hermana o un hijo, simplemente no puedo hacerlo, digan lo que digan de que son sólo animales. Son míos, los quiero y no voy a dejar que los lastimen. No, aunque tenga que venderle mi alma al diablo (tanto así no, pero es la idea).
El estómago se me retuerce, me duele la cabeza en una de mis habituales neuralgias nerviosas, río y aún así los ojos me pican con las ganas de llorar. En este momento, desearía ser una Gryffindor valiente, o una Slytherin astuta capaz de chantajear para salirse con la suya, y no esta pequeña Ravenclaw analítica y asustada. Será una larga semana, con mi sufrido novio de viaje, con el temor de no saber qué hacer con mis perritos...por favor, ¿alguien puede conseguirme un trabajo sencillo y con sueldo decente? ¿o al menos un poco de tolerancia de mis padres?

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