martes, 1 de marzo de 2011

No tengo un ápice de sentido común

Veamos, si está lloviendo a cántaros, y una persona está tratando de sacudirse el resfrío crónico que se carga desde enero, y además tiene que cantar, la lógica dice que esa persona no saldrá a la calle y si lo hace, evitará mojarse, por lo que usará el transporte público o un taxi (si tuviera dinero). Razonable, ¿verdad?
Lastimosamente, parece que la lógica no es mi fuerte ultimamente, lo estoy más loca de lo que creí. Después del remojón que mi dí el sábado tratando de llegar al ensayo bajo la lluvia, lo lógico sería que trate de evitar otro encuentro tan cercano con el agua fría. ¿Y qué hago hoy? Ir caminando bajo la lluvia al ensayo, con un paraguas, sí, pero brincando de charco en charco.
Llegué al ensayo con los pies y los bajos del pantalón completamente mojados...a cantar a voz en cuello (o chillar, lo que más se le aproxime). Y por si eso fuera poco, después me voy, así mojadota y todo, al cumpleaños del tío de mi sufrido novio.
Si su familia no se cuestionaba mi cordura, ahora seguramente lo hace.

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