viernes, 25 de marzo de 2011

Una vuelta con mi lado femenino

Siempre me he considerado bastante femenina (digo, no podría considerarme masculina), lo que no soy es...mmm...como decirlo: no soy excesivamente preocupada por mi aspecto. Sí, tengo el cabello largo y cuidado, no olvido ponerme delineador y máscara de pestañas para salir, cuido que mi ropa esté limpia, sea cómoda y combine. Pero ir más allá de eso a detalles como cambiar de peinado cada día, maquillarme como payaso cada vez que asomo la nariz a la puerta de calle y no olvidarme de combinar mir aretes con mis zapatos y mi cartera, no va conmigo.
Por las tangas de Merlín! Ni siquiera me gusta ir a comprar ropa y cuando lo hago, voy, hecho una ojeada y antes de 15 minutos sé exactamente lo que quiero (de preferencia que sea BBB: Bueno, Bonito, Barato), compro eso y antes de hora y media (tomando en cuenta los recorridos de ida y vuelta) estoy en casa. Así de sencillo.
Lastimosamente, en vista de la inminente boda del primo de mi sufrido novio (Nota mental: quitarlo lo de sufrido y ponermelo a mí) se me hace necesario un vestidito bonito por dos razones:
a) Su familia ya me vio con todos los vestidos y faldas que tengo (que no son muchos, por cierto).
b) No puedo ir a una boda con jean y tenis (mi atuendo favorito) aunque quiera.

Así que, esta tarde nos fuimos con mi hermana Lili (mi nueva asesora de modas) a dar una vuelta para encontrar el tal vestido. Jamás me sentí tan vieja, ni siquiera cuando mi sobrino me lo dijo. Al parecer me he perdido unos cuantos años de moda y todos los vestidos que hay son cortos y medio estilo repollito, que me recuerdan aterradoramente a una quinceañera. Y a eso sumémosle que están caros y tuve mi tarde hecha.
Creo que la edad ya me cayó encima, más que nada porque veía esos vestidos pero me podía verlos usándolos sin sentirme ridícula y ¡hey! no quiero estar ridícula en presencia de la familia de mi novio. Mi hermana estuvo, con toda paciencia, ayudándome a probarme los vestidos (en algunos es muy difícil entrar....y no digamos salir), mientras no dejaba de repetirme que no era una vieja para vestirme como una. Tal vez no tenga la edad para ser vieja, pero nunca me he sentido precisamente joven.
De todas formas, mi "tarde de moda" me llevó a una conclusión que espero no se me olvide cuando sea necesario recordarla: A mi boda, cada quién va como quiera. Siéntanse libres de ir con jean y tenis (mientras estén todos bien limpitos).

2 comentarios:

Marce Dhampir dijo...

Gracias Dios .. alguien escucho mis plegarias!!

ahora si estoy completamente feliz de asistir a tu boda mi señorita!

tenis y jeas .. eso es lo mio! XD ... mi madre no entiende que es el mejor atuendo para una boda!

Meli dijo...

Jajajaja...irónicamente, mi papá sugirió que vaya así a la boda del sábado, hay días en que me encantan las ideas de mi papá!
De todas formas, no se que se me vaya a olvidar, así que recuérdeme lo de "cada quién va como quiera" el día que me case...si es que me caso :P