jueves, 15 de julio de 2010

Felices por siempre

Bueno, corazón de pollo y excepciones aparte, tengo debilidad por las historias románticas. Hoy fuimos a ver "Shrek 4" que ya de comedia como la primera no le queda mucho, al menos eso me pareció. Veamos...
Nuestro ogro favorito tiene la vida perfecta: princesa, hijitos, amigotes y todos son felices...pero no tan "por siempre". Shrek se siente frustrado en su nuevo estado porque ya no es tan ogro como antes (grúñeme...), así que cae en las ganas de un villano malévolo y embaucador.
Rumpelstinski (o como se escriba) es especialista en contratos mágicos y, antes que Shrek rescatara a Fiona, tenía algo así como un gran emporio y estuvo a punto de conseguir el reino de Muy-muy-Lejano pero como la historia se fue como sabemos, pues se quedó con los crespos hechos. Así que, un tiempo después y gracias a la casualidad de estar urgando en la basura mientras Shrek y Fiona discuten, Rumploquesea le hace una oferta a Shrek (una oferta que no podrá rechazar...): volver a ser el ogro que era antes de salvar a Fiona de su torre durante un día a cambio de otro día (claro, el truco está en qué día eligió el enano neurótico).
Y bueh, la cosa se enreda y nos encontramos con ciertas cosas...extrañas, como un Gato ultra-gordo pero que conserva sus poderes de convencimiento. Mejor les dejo el trailer antes que acabe de contarles toda la trama.


Moraleja: no confíes en enanos neuróticos que te ofrezcan cosas, y más si tienen un ganso gigante.
¿Me gustó? Sí, bastante, pero creo que sigo prefiriendo las dos primera pelis de la saga, eran más divertidas y tenían más chistes. Ésta es muy romántica y toda la cosa, pero me reí menos, en fin. Divertida, pero no tanto.
Ah! Antes que se me olvide: si van a dar un "beso de amor verdadero", que sea con lengüita.

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