sábado, 3 de julio de 2010

¡Qué gran día lleno de triunfos!

Cuando apoyas a un equipo, sea el que sea, sientes que en parte la victoria (o la derrota, que duele más) que consiga es en parte tuya. Eso o yo soy una maniática obsesiva del Mundial. ¿Qué puedo decir?
Creo que, para empezar, puedo decir que no me caen ni los brasileros ni los argentinos, al menos no como equipos de fútbol. Digan que tengo poca conciencia sudamericana, pero realmente me chocan y sería muy muy feliz si ninguno de los dos sale Campeón. Eso sí, apoyo a Uruguay y Paraguay, no crean.
Siendo las circunstancias lo que son, hoy realmente fue un gran día para mis equipos favoritos. Para empezar, Holanda, ya no la famosa Naranja Mecánica pero muy buena como equipo, jugó contra Brasil por la clasificación a semifinales. Resultado:



Ignoren la musiquita y concéntrense en los goles. Un hermoso 2-1 a favor de Holanda que deja fuera a Brasil (adiós, brasucos!). Sí, sí...mala ganadora, bla bla, pero ¿qué quieren? Me caen muy bien los holandeses, y ahora me caen mucho mejor!

Ahora, la segunda parte del día nos trajo a Uruguay contra Ghana, el último de los equipos africanos del Mundial. Después de dos tiempos muy reñidos quedaron 1-1, así que se fueron a tiempo de alargue. ¿Qué pasó? A estas alturas, creo que fue el destino (si es que existe), eso o la boca de profeta de mi papá es lo bastante poderosa como para desviar la trayectoria de un penal.



Casi me caigo de espaldas después de que Gyan falló ese penal, y, definitivamente, ese arquero uruguayo se merece un monumento, ¡Qué capo!
Así que Uruguay y Holanda jugarán el siguiente partido. Si mañana Alemania le gana a Argentina, y Paraguay vence a España, podré decir tranquila: "Que gane el mejor". Si no...bueno, siempre me queda la boca de profeta de mi papá para desviar pelotas indeseadas.

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