viernes, 26 de junio de 2009

Meli prontuariada: disponible en jugueterías, cárceles y tiendas del ramo

Esto será cortito (es que me caigo de sueño). Hoy fuimos al supermercado con mi sufrido novio, como hacemos varias noches a la semana (es que siempre hay hambre en las filas), pero pasó algo que casi me mata del susto.
Resulta que encontramos Wasabi y Mostaza al estilo Kobe de Roland en oferta. A mí no me hacen muy feliz, pero a mi sufrido novio le encantan así que se llevó uno de cada uno. Bueh, recorrimos el supermercado, compramos lo que teníamos que comprar (crema de peinado) y lo que no teníamos que comprar también (refrescos en lata para mi colección de latas y jugo natural en caja), fuimos a la caja, pagamos y nos dirigimos a la salida del boliche.
Iba yo ahí, inocentemente llevando la bolsa con las cosas, cuando llegamos a la puerta y pasamos por la cosa esa que detecta si te estás llevando algo y...EMPEZÓ A PITAR LA PORQUERÍA!
Al principio no caí en cuenta que era por nosotros (pucha, si pagamos todo no me esperaba eso), hasta que el Policía de la puerta me dice: "Señora (horror! parezco tan vieja), venga, por favor".
Ahí fue cuando se me heló todo. El Policía revisó la bolsa y nos dijo que parecía que no pasaba nada, pero volvimos a pasar por la puerta y otra vez empezó el pitido del infierno. Se acercó una de las encargadas del super, volvió a revisar la bolsa y la factura y acercó la bolsa a la puerta. Sí, la cosa esa chillaba por la bolsa, pero todo estaba en orden.
Mientras, a mí se me caía la cara de la vergüenza, estaba más asustada que otra cosa, tenía la cara roja y mi imaginación ya andaba volando hacia el "muro de la vergüenza" del super, donde están las fotos de todos los que han tratado de robarse algo. Mi sufrido novio (que en ese momento no tenía nada de sufrido), estaba a un paso de destornillarse de la risa por la cara que yo tenía (tan considerado como siempre...).
Al final, como no había nada sospechoso (ja! no saben lo que yo tenía en los bolsillos! digo...nada) nos dejaron irnos tranquilos, aunque cuando pasamos por la puerta esa por tercera vez volvió a pitar y todo. De camino a mi casa, revisamos otra vez la bolsa, y a mi sufrido novio se le iluminó abrir la cajita de la pasta de Wasabi y nos encontramos...con un chip de seguridad que se olvidaron de quitar...

2 comentarios:

Buscando la hora 25 dijo...

Me imagino el miedo que se puede sentir... aunque debo admitir que la historia da también para reír, ahora es una anécdota graciosa.

Meli dijo...

a ti te dio para reir, malvado...